Al mejor estilo dictadura, Facebook se ha declarado dueño de la moral.

Siguiendo los pasos de China, Facebook se ha convertido en el juez y verdugo de la libertad de expresión con la excusa que han acuñado llamada “discursos de odio” y están silenciando a diestra y siniestra a sus usuarios, lo oscuro del caso es que parece ser que su equipo de censura o su algoritmo está entrenado para entender los discursos de odio a aquellos que contienen groserías dejando en libertad los verdaderos contenidos destructores y las noticias falsas, es decir, la medida es tan incompetente como la política que crearon.

Facebook es la red social más grande del planeta lo cual la convierte en un medio de comunicación masivo y como medio de comunicación masivo debe actuar según los derechos y protocolos de los mismos y adaptándose a la legislación de cada país, ya que en muchos tiene oficinas propias lo cual lo convierte en una empresa local, es importante recordar que ningún reglamento interno o términos y condiciones están sobre la constitución por lo cual deja nula su retórica cambiante respecto al tema.

En el caso de Colombia, por ejemplo, no se sabe cuanto de ese dinero, más de un millón de dólares, que uso el Presidente Duque para limpiar su imagen en redes terminó en manos de la red social y estaría entonces actuando por intereses económicos y pasando por encima de los derechos constitucionales del país.

Facebook nunca ha jugado limpio y eso lo podemos ver en las constantes citaciones a declarar ante el congreso de Los Estados Unidos acusados de espiar y divulgar datos sensibles de sus usuarios, algo que ha sido comprobado, incluso se ha aceptado varias empresas espían conversaciones a través de nuestros dispositivos con “fines comerciales”, pero pues si la empresa nació como un robo de ideas, no podíamos esperar menos respecto a sus acciones, quien nace deshonesto muere deshonesto.

Entonces ahora son los dueños de la moral, ellos deciden quienes pueden hablar y quienes no, en estos tiempos de pandemia en los que estamos todos encerrados y nuestro mecanismo de intercambio de información son precisamente las redes sociales, Facebook está castrando el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la réplica y el derecho a la legitima defensa, pero como vivimos en países arrodillados a los estados en donde estamos acostumbrados a cualquier cosa, nada va a suceder, el día de mañana tal vez nos prohíban respirar bajo alguna excusa que apuntará a nuestro propio bien.

Felipe Szarruk

Felipe Szarruk