Madrid, 8 ago (EFE).- El belga Eden Hazard cumplía “un sueño” cuando el 13 de junio fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid ante 50.000 espectadores en el Santiago Bernabéu que esperaban de él ese jugador diferencial que demostró durante toda su carrera, pero este se convirtió en pesadilla tras cuatro lesiones que le han hecho firmar, como él mismo reconoció, la peor temporada de su carrera deportiva.
Empezó la pretemporada falto de forma, como confesó en una entrevista en L’Equipe: “No lo escondo. Cuando estoy de vacaciones, estoy de vacaciones. Soy alguien que coge peso rápido y lo pierde rápido. En un mal día peso 77 kilos, pero pesaba 80 este verano. Lo perdí todo en diez días”, desveló.
El comienzo de temporada fue una premonición de en lo que se convertiría el resto. Se perdió los tres primeros partidos de LaLiga Santander debido a unas molestias en el muslo. Su primera reaparición fue el 14 de septiembre con media hora frente al Levante. Hasta el 5 de octubre, ante al Granada, no se estrenó como goleador con la camiseta blanca y, cuando mejores sensaciones dejaba sobre el terreno de juego, empezó su calvario.
El 26 de noviembre cayó lesionado tras sufrir una durísima entrada de su compatriota Thomas Meunier en el encuentro de Liga de Campeones frente al París Saint-Germain y las esperanzas tras las exploraciones iniciales se torcieron cuando tuvo los primeros síntomas de que tenía afectado el tobillo derecho, donde tiene una placa de titanio de una operación en verano de 2017 por la que estuvo 80 días de baja; la más grave de su carrera.
Reapareció 83 días después de sufrir una contusión perimaleolar y disputó dos partidos, contra el Celta de Vigo y el Levante, pero este último no pudo completarlo ya que sufrió una fisura en el peroné distal derecho que le obligó, quince días más tarde, a pasar por el quirófano. Operación en Dallas, por el doctor Eugene Curry en la Clínica Darrel, y la cuarentena jugó a su favor cuando el belga ya veía la temporada “echada a perder”.
Los tres meses que estuvo parado el fútbol en España debido a la pandemia del coronavirus le vinieron bien a Hazard. Cuando el Madrid volvió a los entrenamientos, ya estaba recuperado. Una gran noticia para Zidane, quien se veía dos puntos por detrás del líder, el FC Barcelona, con once jornadas por disputarse y todo refuerzo ayudaba en la lucha por el título.
Salió de inicio en el ‘redebut’ contra el Eibar, se le notó algo falto de chispa, normal, pero dio una asistencia a su compañero Sergio Ramos y dejó detalles de su enorme calidad. El técnico galo le dosificó, consciente de que tenía que ir poco a poco con él. En el tercer encuentro, frente a la Real Sociedad, ni calentó. Participó en los dos siguientes y volvió a caer.
Cuatro partidos en los que Hazard sufrió un sinfín de entradas sobre su maltrecho tobillo que, al final, terminó acusando. Se perdió los dos siguientes encuentros, frente al Getafe y al Athletic Club, ya que no tenía buenas sensaciones. Las dudas en torno al estado de su tobillo volvieron a aparecer, pero Zidane en la previa del partido contra el Alavés del 10 de julio negó que fuera una recaída.
“Son molestias solo, no es para nada una recaída y ha entrenado con nosotros con normalidad”, aclaró el técnico francés en rueda de prensa. “Espero que Eden esté con nosotros estos cuatro partidos que nos quedan de Liga y en el partido de Champions”, añadió.
Así, Hazard volvió de una lesión por cuarta vez esta temporada tras dos partidos ausente disputando los últimos 15 minutos, contando los 6 de añadido, en los que apenas pudo participar en el juego ya ambos equipos pensaron más en no sufrir contratiempos en el tramo final con un partido ya decantado.
Suplente en el siguiente encuentro frente al Granada, disputó 62 minutos en el partido frente al Villarreal que coronó al Real Madrid como campeón de Liga y descansó frente al Leganés de cara a la crucial eliminatoria de Liga de Campeones frente al Manchester City en la que los de Zidane necesitaban remontar el 1-2 en contra de la ida para estar en cuartos de final.
Hazard fue uno de los nombres propios de la previa del encuentro ya que el tobillo derecho le seguía dando problemas. El técnico galo le defendió en la rueda de prensa previa y apostó por él de inicio en Manchester, pero volvió a firmar un partido gris, falto de esa chispa en la arrancada que le encumbró entre los mejores del mundo en sus años en el Chelsea.
Acabó el encuentro como el segundo futbolista del Madrid con mayor porcentaje de acierto en los pases (26 de 27, un 96%) -solo por detrás del alemán Toni Kroos (67 de 69, 97%)-, pero todos de seguridad, con 16 de medio alcance y nueve cortos, según estadísticas facilitadas por la UEFA.
Consciente de su falta de ritmo, con el paso de los minutos se fue yendo más hacia adentro, pero Guardiola, quien ya le sufrió en la Premier League y ha demostrado su admiración por el belga, dio la consigna a sus futbolistas de que no le dejaran girarse. Fue, junto a Ferland Mendy, el futbolista del Madrid que más faltas sufrió.
El City volvió a imponerse al Madrid, en esta ocasión aprovechando dos errores de Varane, y así acabó la temporada para el conjunto de la capital de España y para un Hazard que atendió a la prensa con una bolsa de hielo en la zona operada; claro síntoma de que no llegó al 100%. Primera campaña del belga gris, por debajo de las expectativas y con los peores números de su carrera: un gol y siete asistencias en 22 partidos disputados entre Liga y ‘Champions’ -1.545 minutos-. Malas sensaciones que tendrá que revertir en su segunda temporada en la que, como reconoció el pasado 25 de marzo en una entrevista en la RTBF (Radio Televisión Belga), será “juzgado”.
Óscar Maya Belchí