Phoenix (AZ), 26 feb (EFE News).- Dos controvertidos centros de detención familiar en el sur de Texas han sido renombrados como “centros de recepción”, después de que el Gobierno de Joe Biden anunció el fin de la detención a largo plazo de las familias migrantes, lo que preocupa activistas ya que consideran que el objetivo debe ser cerrar de forma definitiva las instalaciones y terminar con una “era de terror”.
Los defensores argumentan que siempre que se encuentren familias migrantes bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en dichos centros “sus vidas corren peligro”.
Aseguran que la nueva política de cambio de nombre no cumple con sus demandas de cerrar las instalaciones en Dilley y Karnes City, ambas en Texas, a las que han calificado de “baby jails” (cárceles para bebés) y donde aseguran existe un historial documentado de negligencia y abuso, así como falta de atención médica adecuada.
Según fuentes de seguridad, las autoridades migratorias se aprestan para abrir en las próximas semanas otra instalación en Del Río, Texas, para hacer frente al creciente número de familias migrantes y niños que ingresan a Estados Unidos desde México. La nueva instalación será usada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que recientemente abrió una estructura “de flancos suaves” (carpas) similar en Donna, Texas.
Los activistas señalan que los servicios de apoyo para las personas que lo necesitan, como transporte y vivienda, pueden ser proporcionados y facilitados por grupos comunitarios locales, nunca por el ICE, “cuyo sistema está plagado de condiciones atroces y una cultura de violencia sistémica”.
Norma Herrera, integrante de Rio Grande Valley Equal Voice Network, dijo mediante un comunicado que las comunidades fronterizas tienen una larga y poderosa historia de acoger a las personas que llegan a la frontera y apoyarlas con comida, viajes seguros y refugio real, muy lejos de lo que es una detención.
“Los miembros de nuestra comunidad desde hace mucho han compartido los horrores que han experimentado (los migrantes) en detención del ICE y la CBP. Las lecciones son claras: no podemos confiar en estas agencias, pero podemos confiar en las comunidades que en vez de jaulas ofrecen compasión a las familias”, expresó.
El ICE ahora mantendrá a los migrantes en los centros solo el tiempo suficiente para administrar las pruebas de covid-19 y los exámenes de salud, y para organizar el refugio y el transporte, según personas que estuvieron en una llamada telefónica el sábado con funcionarios de inmigración.
Pero esta nueva política no convence a los activistas. Andrea Meza, directora de la Unidad de Detención Familiar de RAICES, afirmó que el cambio de nombre anunciado por el ICE “de cárceles familiares a instalaciones de procesamiento familiar y centros de recepción no es nada para celebrar”.
“Los expertos coinciden unilateralmente en que no existe una forma segura de detener a un niño. Cada día en la prisión familiar incluye a padres que no pueden decidir cuándo comen o duermen sus hijos, o con quién juegan. Vemos niños traumatizados y aterrorizados por guardias uniformados que gritan órdenes. No hay evidencia que respalde la predicción del ICE de que realmente pueda procesar y liberar a las familias en tres días”, aseguró.
La Coalición Shut Down Berks publicó su postura señalando que los centros de detención son lugares de incalculable crueldad y violencia hacia los niños y las familias.
“Los ochenta millones de personas que eligieron a Joe Biden dejaron claro que quieren que termine la detención familiar, como prometió en la campaña electoral. En su lugar, simplemente está adoptando un nuevo eufemismo para prisión familiar”. Info, Prensa Mexicana