Hidalgo, antecedentes de la independencia

La conquista de México por Hernando Cortes en 1521, tuvo dos grandes perdedores, uno inmediato que fueron los indígenas habitantes y propietarios originarios de esas tierras, que perdieron no solo sus posesiones materiales, una gran parte de su cultura, sino también mucha de su población que fue diezmada en las décadas posteriores a la conquista, sobre todo por la viruela que en algunas regiones llegó a matar a mas del cincuenta por ciento de los habitantes autóctonos que no tenían en sus sistemas inmunológicos las defensas contra las nuevas enfermedades.
Pero con el curso de los lustros hubo otros perdedores, que aunque parezca contradictorio, fueron los mismos conquistadores, pues aquellos hombres que venían de España algunos buscaban oro y fortuna, pero muchos otros querían hacerse de tierras para crear haciendas en las que vivir con sus familias y por consecuencia la gran mayoría de los conquistadores se quedaron en el territorio conquistado y a él trajeron a sus familias o en el las formaron, uniéndose a mujeres indígenas o a españolas que venían de Europa, teniendo descendencia que a su vez se quedaba en el nuevo mundo, que ahora era conocido como “La Nueva España”.
En este nuevo territorio los invasores se instalaban en las poblaciones ya existentes, desplazando o avasallando a sus habitantes originales y ante la necesidad de gobierno político y religioso, venían de España funcionarios enviados por el rey y por la iglesia, quienes desde su posición de poder veían a los habitantes del nuevo territorio como inferiores; fue así que se empezó a crear una distinción entre aquellos que habían nacido en España y los descendiente de españoles que habían radicado en los territorios conquistados, que fueron denominados como criollos quienes, a su vez, denominaban a los advenedizos con el término despectivo de gachupines.
La rivalidad entre criollos y gachupines se fue acrecentando con las décadas: dentro de las organizaciones religiosas los gachupines tenían preferencia para ocupar puestos de alto nivel, aunque en algunas Ordenes alternaban estos puestos también con los criollos; pero en las esferas de gobierno y en los cuerpos militares, solo los españoles nacidos en Europa podían aspirar a los más altos puestos y a pesar que muchos criollos tenían un alto nivel cultural por haber egresado de la Universidad de México o de los Colegios de Jesuitas, eran desplazados por gachupines que tenían un bajo nivel pero el dudoso privilegio de proceder de España; todo esto iba dejando una huella de resentimiento que con el tiempo se uniría a otros factores, para provocar una guerra por el poder.
En los territorios conquistados se creó una nueva organización social, que se basaba en clasificaciones raciales, en las que se incluían a los indígenas puros; a aquellos que eran mezcla con español y los denominaban mestizos; los de raza negra que habían sido traídos como esclavos y a cuya cruza con blancos le llamaban mulatos, etcétera. De estas mezclas raciales surgían una serie de combinaciones que eran identificadas con nombres especiales como saltapatras. Evidentemente que estas castas tenían menos acceso a los privilegios que pudieran tocarle a los criollos y nulo acceso a aquellos que eran propios de los peninsulares y salvo muy pocas excepciones, su propio origen racial les marcaba imposibilitándoles acceso a condiciones de vida dignas, lo que creo una clase pobre muy grande.
Para el siglo XVIII en Europa surgían pensadores que cuestionaban seriamente el poder de los reyes para gobernar, esta época es conocida como “La Ilustración” por considerarse que daba una nueva luz a la forma de gobierno que podía tener la sociedad. En Francia aparece Montesquieu quien mencionaba que el rey no podía tener el poder de dictar leyes, juzgar y administrar los bienes del país, que era necesario dividir ese poder; Voltaire criticaba el poder de la Iglesia y Rousseau siguiendo a pensadores ingleses como Hobbes, mencionaba que el gobierno deriva de la unión de la sociedad y no de Dios como argumentaban la Iglesia y los reyes; por otro lado, la guerra de independencia de los Estados Unidos de América, trajo consigo la idea de un gobierno electo por el pueblo, algo hasta entonces inconcebible y el triunfo de la revolución en Francia; eran noticias que llegaban a la Nueva España creando un conciencia revolucionaria.
Pero la ilustración no tuvo un arribo sencillo a las colonias españolas en América, los libros que hablaban sobre estas nuevas ideas estaban prohibidos y tenían que llegar en forma clandestina; quienes tenían acceso a ellos eran los criollos pues era la clase social con capacidad económica para adquirirlos y de los pocos que tenían el privilegio de saber leer; junto a ellos también la clase religiosa que derivaba de los criollos iba siendo influida por estas nuevas ideas y no faltaba quien en reto a la autoridad desde el púlpito pusiera en duda el poder del rey o la legitimidad de los gachupines para gobernar esas tierras.
Francia como una nueva Nación que había acabado con la monarquía, era gobernada por Napoleón Bonaparte bajo cuyo mando se había convertido en una potencia militar la que en su afán de conquista invadió el territorio de España que era gobernada por el medroso Rey Carlos IV quien ante la inminente ocupación del territorio que gobernaba, por los ejércitos franceses, abdicó el poder a favor de su hijo Fernando VII, a quien Napoleón sustituyó en el gobierno por su hermano José Bonaparte.
Esto tenía consecuencia políticas graves en la Nueva España, pues esta siempre había sido gobernada por un Virrey, que era la persona nombrada por el rey de España para representarle y ejercer el poder; en ese tiempo el puesto lo ocupaba José de Iturragaray, pero surgía una inquietud: si en ese momento el rey no gobernaba España, de donde le derivaba al Virrey su capacidad para gobernar en la Nueva España.
En el territorio de América la mesa estaba puesta: una fuerte inconformidad por las desigualdades sociales, una clase criolla culta, fuerte y pudiente que tenía la capacidad para realizar una revuelta; el triunfo de revoluciones en Norteamérica y Francia contra los sistemas de monarquías y una grave crisis política pues por primera vez en más de tres siglos la Nueva España no tenía un rey en ultramar que le gobernase.
!!!!Era prácticamente imposible evitar una revuelta social!!!!
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Oscar Müller Creel

Oscar Müller Creel