Ciudad de México, 12 oct (EFE).- La ópera prima del director Jaiziel Hernández, “Días de invierno”, se aleja del estereotipo de la vida en el norte de México, siempre caracterizada por el narcotráfico y la violencia, y con ello descentraliza el cine mexicano.
“Me encanta que contemos historias que suceden fuera de la Ciudad de México porque esa es la verdadera descentralización. Las cosas importantes suceden en todas partes y es importante quitar el estereotipo de que en el norte solamente viven narcos, también vive gente compleja y diversa”, mencionó su protagonista Leticia Huijara en conferencia de prensa este martes.
La historia se desarrolla en la ciudad de Saltillo, Coahuila y sigue la vida de Néstor, un joven que no encuentra su lugar en la vida y que fantasea con dejar todo en busca del progreso, y Lilia, una madre viuda que se cuestiona hasta cuándo es válido seguir teniendo sueños.
“¿Hay algo más?, ¿qué oportunidad tienes de reinventarte, de soñar con un futuro que no tenías contemplado porque el planteamiento es, ya tuviste una familia, hijos y lo que sigue es esperar a que seas feliz con eso, lo interesante es que un día amanece y Lilia dice que tendría que haber algo más y sí lo hay”, reflexionó Huijara.
Esas mismas dudas se las plantea Néstor desde su juventud y sobre todo indaga en sus relaciones más cercanas para saber qué tan difícil sería dejar el nido y a las personas que lo acompañan, siendo el único de sus hermanos asentado en su ciudad natal.
El filme personal es una reflexión por parte del director del paso de la adolescencia a la etapa adulta, algo que considera, muchos cineastas exploran en su primer filme.
“Tiene tintes autobiográficos de amigos y familiares, cuestiones de cómo todos hemos tenido que dejar nuestra ciudad en busca de algo más. El personaje de Lilia proviene de experiencias que fui recopilando de familiares míos y de esa disyuntiva de pensar ‘¿ahora qué sigue?'”, expresó el director.
Además de Néstor y Lilia, la película, que llegará a salas nacionales el 15 de octubre, muestra la vida de los demás personajes como espejos que muestran los caminos que ambos podrían tomar si no avanzan.
“Las subtramas son pequeñas metáforas en las que se refleja la vida de ellos, un gringo que le dice al protagonista esto no es lo que quería con mi vida, has algo con la tuya, y la señora, doña Chelita, tiene un bloqueo que hace referencia a la importancia del desapego, el dejar ir”, dijo a Efe Hernández.
Darle vida a Néstor fue para el actor saltillense Miguel Narro un reto, además de ser su primer papel como protagonista, tuvo que bajar más de 10 kilos para poder interpretarlo.
Si algo celebra el actor del filme, es la capacidad que tuvo Hernández para plasmar la verdadera cotidianeidad de la gente que habita su ciudad.
“Vemos un ‘chavo’ (joven) que es alguien promedio que vive en Saltillo, no estamos viendo al típico norteño, me da gusto que se haya dado voz a este tipo de personas”, asegura.
Finalmente, Huijara, próxima presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), describió la ópera prima de Hernández como una película con mucho amor al lugar en el que se nace.
“Es el amor al terruño, lo que significa el lugar en el que creciste donde se quedó tu familia y al que siempre podrás regresar”, señaló. Info, Prensa Mexicana