Phoenix (AZ), 3 mar (EFE News).- Una familia hondureña que permaneció casi dos años en el campamento de migrantes de Matamoros (México) pudo cruzar a Estados Unidos para esperar en este país el resultado de su pedido de asilo espera que otros muchos como ellos puedan cumplir su sueño de que su vida mejore radicalmente de un día para otro.
Esta infinita felicidad fue compartida en las redes sociales por la familia Cornejo en un vídeo que se hizo viral y en el que se veía a los hijas pequeñas de los Cornejo llorar de alegría tras conocer que entrarían por fin a EE.UU.
La familia que salió huyendo de Honduras por la violencia y que cruzó el sábado a través de Puente Nuevo hacia Brownsville, en Texas, aseguran que “están viviendo un sueño en los Estados Unidos”.
“Hasta el día de hoy estamos soñando, solamente se siente como un sueño, pero la verdad es que lo que vivimos es una realidad, estamos en ‘shock’ al ver cómo cambio de una día para otro nuestra vida, en verdad son momentos muy conmovedores, y queremos que los vean otros migrantes”, señaló a Efe Yamaly Flores, quien es madre de tres hijos y está casada con Josué Cornejo.
LA PROMESA DE JILL BIDEN
La felicidad de estos hondureños es la misma que están viviendo cientos de migrantes a los que desde hace unos días se les permite ingresar por los puertos de entrada de San Ysidro (California) y El Paso y Brownsville (Texas), debido a la rápida evolución de las nuevas políticas migratorias anunciadas por el presidente, Joe Biden.
“Cuando Biden ganó teníamos la esperanza que todo iba a cambiar, porque su esposa (Jill Biden) visitó el campamento y vio con sus ojos todo el sufrimiento, se le conmovió el alma y lloró junto a nosotros, prometió ayudarnos si ganaba y lo cumplió. Estamos muy agradecidos”, afirmó la mujer.
Esta familia procedente de Honduras, vivió durante más de 19 meses en el improvisado campamento de Matamoros, cercano a la frontera de Tamaulipas con Estados Unidos, donde, asegura, pasaron “miedo, hambre, frío y calor” bajo endebles carpas.
“Fueron momentos muy difíciles, pasaron dos cumpleaños de mis hijos, dos navidades, y teníamos mucho temor de pasar otro año viviendo en estas condiciones”, recalcó.
VÍCTIMAS DEL MPP
Los Cornejo fueron obligados a volver a cruzar la frontera de lado mexicano debido al programa Protocolo de Protección de Migrantes (MPP).
Esta medida creada en 2019 por el gobierno del expresidente Donald Trump arrastró a cerca de 70.000 solicitantes de asilo a esperar las fechas de los tribunales en el sur de la frontera.
“En 2019 nos sacaron de Estados Unidos, recuerdo que era verano, el calor era muy fuerte, nos quedamos parados en el puente de Matamoros sin saber para dónde agarrar, no conocíamos nada, estábamos muy asustados”, recordó Flores.
Antes de que entrara este programa conocido popularmente como “Permanecer en México””, a los solicitantes de asilo y otras personas que solicitaban protección de lado americano se les permitía esperar sus audiencias con la familia del otro lado de la frontera.
Pero las nuevas políticas empujaron a miles de inmigrantes como los Cornejo a llevar la espera de sus procesos de asilo de lado mexicano, y todo antes de que el programa fuera congelado en marzo de 2020 en medio del inicio de la pandemia del coronavirus.
Bajo el argumento de la crisis de salud pública, los funcionarios de Trump cerraron la frontera temporalmente citando la covid-19 como motivo, y la mayoría de las audiencias se pospusieron indefinidamente.
“Nunca pensamos que nos iban a regresar, nos echaron con la misma ropa que teníamos puesta, sin recursos, sin nada para defendernos, asustados tuvimos que dormir en el cemento caliente con los niños pequeños”, dijo la inmigrante de 35 años.
ESPERAR EN EE.UU.
Ahora, todos esos “dolorosos” recuerdos se han convertido en una gran felicidad para la pareja centroamericana, quien junto a sus hijos, David Enrique, de 15 años, Génesis Yaneisi, de 10 años, e Ivonne Celeste, de 8 años, ya se encuentran desde el martes en California esperando su cita en la corte de inmigración el próximo 27 de julio.
Esa alegría quedó plasmada en el video en el que Flores y sus dos hijas apenas pueden hablar por la emoción.
“Fueron momentos muy conmovedores que grabamos, cuando nos dijeron que íbamos a ingresar, lloramos y dimos gracias a Dios, quien siempre estuvo con nosotros, nos dio la fortaleza hasta el final”, aseguró la hondureña.
Ahora les toca aguardar la decisión final de las autoridades migratorias sobre su pedido de asilo, pero ahora lo harán en los Estados Unidos, en unas condiciones infinitamente mejores que las del campamento de migrantes de Matamoros, símbolo de los efectos devastadores que para muchos ha tenido el MPP. Info, Prensa Mexicana