9/25/2017. Los mensajes dejados en el teléfono celular del gobernador de la Florida Rick Scott por empleados del asilo de ancianos de Hollywood donde 11 personas murieron tras el paso del huracán Irma fueron borrados, según la oficina de Scott.
El gobernador le dio su número personal al asilo y otras instalaciones de cuidado de salud antes de la llegada de Irma de modo que los encargados de las instalaciones pudieran reportar cualquier urgencia, dijo un comunicado que dio a conocer la oficina del gobernador. En los días que siguieron a Irma, los empleados del Centro de Rehabilitación de Hollywood Hills llamaron cuatro veces, pero los mensajes que le dejaron a Scott no quedaron guardados, reportó Jim DeFede, de CBS4.
Los mensajes contenían evidencias cruciales de lo que el asilo le dijo a la oficina de Scott, cuyo portavoz ha repetido una y otra vez que no se le dijo que los residentes estaban en peligro de muerte. Julie Allison, abogada del asilo, estaba de viaje el domingo y no pudo ser localizada.
¿Por qué no se guardaron los mensajes?
La oficina de Scott dijo que se trataba de “mensajes transitorios”, que se pueden borrar tras convertirse en obsoletos o perder valor administrativo. De acuerdo con las leyes estatales, los mensajes transitorios tienen un valor de corto término.
La oficina de Scott envió el contenido de los mensajes que dejó el asilo a la Agencia de Cuidado de Salud y al Departamento de Salud.
Según un comunicado que dio a conocer la oficina del gobernador, el primer mensaje se recibió a las 7:35 p.m. del 11 de septiembre. El jefe de Despacho del Departamento de Salud devolvió la llamada unas dos horas después, y le dijo a Natasha Anderson, administradora del asilo, que llamara al 911 si creía que los pacientes corrían riesgo.
El último mensaje al celular de Scott se recibió a las 12:50 p.m. del 12 de septiembre. Las llamadas se devolvieron en horas de la tarde.
En algún momento del 10 de septiembre después que la tormenta azotó al sur de la Florida, el asilo perdió la electricidad.
Los empleados del asilo le reportaron a las autoridades que tenían electricidad en parte del edificio, y dijeron que usaban ventiladores para mantener a los pacientes frescos.
Las mayoría de los ancianos del asilo habían sido evacuados y por lo menos cinco ya habían muerto, algunos con temperaturas corporales que alcanzaron hasta los 109.9 grados Fahrenheit. Ya al final del día, los muertos eran ocho y desde entonces la cifra de víctimas ha aumentado a 11.
Barbara Petersen, presidenta de La Fundación de la Primera Enmienda, dijo que aunque a la oficina de Scott se le permitió borrar los mensajes, ella no veía una razón válida para hacerlo, ya que considera las llamadas un asunto de preocupación pública.