San Juan, 1 sep (EFE).- La isla de Gran Bahama se recupera todavía del paso, un año después, del histórico huracán Dorian, el 1 de septiembre de 2019, como la tormenta más fuerte que jamás haya azotado el archipiélago atlántico de Bahamas.
La isla, doce meses más tarde, todavía está declarada como zona de desastre con muchos residentes y negocios aún en proceso de recuperación.
Aún se realizan importantes esfuerzos de limpieza para librar a la isla de escombros y de los miles de vehículos abandonados durante la tormenta.
La recuperación y reconstrucción ha sido un proceso largo y lento, pero se han logrado algunos avances debido a la gran respuesta humanitaria y asistencia de muchas ONG extranjeras.
La isla, no obstante, no cuenta con una restauración completa del servicio de agua potable.
Al menos 31 residentes de Gran Bahama figuran como muertos o desaparecidos debido a la tormenta, incluidos varios niños, el saldo más mortífero dejado nunca por una tormenta.
La cifra oficial de muertos por el huracán Dorian en Bahamas en su conjunto es de 74, buena parte de ellos residentes de las vecinas islas Ábaco, aunque muchos más siguen desaparecidos.
Dorian azotó Gran Bahama con vientos de 290 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 320 kilómetros por hora, a lo que hay que sumar una marejada de 7 metros en el 80 por ciento de la isla que enterró comunidades enteras.
CASAS ARRANCADAS DE SUS CIMIENTOS
Las casas fueron arrancadas de sus cimientos, los negocios se inundaron y los servicios e infraestructura esenciales, así como las escuelas, y el único hospital y el aeropuerto de la isla, sufrieron daños gravísimos.
Casi todas las casas de un solo piso en Gran Bahama y las Ábaco fueron arrasadas, lo que provocó que hasta hoy el 90 % de las residencias aún no sean habitables.
No ha habido ningún trabajo de restauración de servicios en el este de Gran Bahama, desatendido todavía por las autoridades por la magnitud de los daños ocasionados.
Otro problema es el agua estancada en las piscinas de muchas de las casas abandonadas que requieren la atención urgente del Departamento de Servicios de Salud Ambiental para evitar la reproducción de mosquitos, otros insectos y roedores.
Dorian también desencadenó quizás uno de los peores desastres ambientales del país al provocar un derrame de petróleo en la planta Equinor South Riding Point, al este de Gran Bahama.
Aproximadamente 55.000 barriles de petróleo se derramaron en la instalación de almacenamiento de petróleo y en el bosque circundante.
LIMPIEZA DE PETROLEO DETENIDA POR LA COVID-19
Había comenzado una importante limpieza de petróleo, pero se detuvo en marzo tras la pandemia de la COVID-19.
El viceprimer ministro de Bahamas Peter Turnquest, diputado por Gran Bahama, reconoció las dificultades por las que atraviesan los residentes en esta isla del área oeste del archipiélago atlántico, la que golpeó Dorian.
“Desafortunadamente, los recursos del Gobierno se han reducido extremadamente, situación agravada por el COVID-19”, sostuvo.
Indicó que el Gobierno ha tratado de hacer su parte dentro de la limitación de sus recursos proporcionando asistencia temporal para el alquiler, asistencia alimentaria y para la reparación de viviendas y remoción de escombros.
Turnquest reconoció que se necesita más trabajo, incluida la finalización de las reparaciones en el Rand Memorial Hospital y el aeropuerto.
Turnquest también señaló que se espera que las reparaciones de la autopista que atraviesa la isla se inicien dentro del próximo mes después de varios retrasos.
Las más de 200 empresas afectadas han tenido acceso a subvenciones para la recuperación empresarial proporcionadas por el Gobierno y en asociación con la Autoridad Portuaria de Gran Bahama.