México, 26 abr (EFE).- Después de sobrevivir a dos grandes terremotos y dos pandemias, la Arena México cumplirá este miércoles 66 años con el reto de adaptarse a un mundo que entra en su etapa poscovid-19, sin perder la magia que la ha llevado a ser la catedral de la lucha libre mexicana.
“La Arena México vive su evolución más interesante y de mayores cambios en su historia en la que se adapta a la nueva dinámica pospandemia. En esta nueva dinámica debe reestructurarse, pero ser congruente en lo luchístico”, explicó este martes a Efe el historiador del recinto, Hugo Monroy.
La Arena México, hija de la antigua Arena México, se inauguró el 27 de abril de 1956 en la colonia Doctores de Ciudad de México con 16.500 butacas por la necesidad de tener un inmueble más grande que pudiera con la demanda de los miles de aficionados que veían en ese entonces la consolidación de la carrera de El Santo y Blue Demon, entre otras grandes leyendas del pancracio mexicano.
Sin embargo, tras grandes momentos, este inmueble, que conserva un aire al siglo pasado en sus butacas y acabados de madera, se recupera de su máximo tiempo sin aficionados en las butacas, 434 días por la pandemia de la covid-19.
Del 13 de marzo de 2020 al 21 de mayo de 2021, la Arena México, que pertenece a la empresa Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), no generó ingresos por la venta de boletos, más tiempo que en sus tres cierres anteriores provocados por la pandemia de la influenza en 2009 y por los dos terremotos más fuertes que ha sufrido Ciudad de México, en 1985 y 2017.
Monroy explicó la importancia de mantener viva a la Arena México, que a su parecer traspasó el ámbito deportivo para convertirse en un atractivo turístico de Ciudad de México ya que sus funciones reciben en un 30 por ciento a extranjeros, varios de ellos europeos y estadounidense.
“Pasamos un proceso interesante en el tema luchístico al probar unas las eliminatorias por el campeonato universal, que finalizarán este viernes en la función del 66 aniversario. Esta dinámica ha tenido una respuesta impresionante del público. Hay que entender el contexto y concentrar nuestras energías para ir por el camino de las nuevas dinámicas”, añadió Monroy.
Atlantis, uno de los máximos ídolos actuales de la lucha libre, describió a la experiencia de luchar en la Arena México como “fuera de serie”.
Con 39 años de carrera y ganador de nueve máscaras en la catedral, Atlantis reconoció que subirse al ring de la colonia Doctores le sigue generando nervios, incluso más que cuando le toca protagonizar carteleras en Japón y Estados Unidos.
“La Arena tiene una vibra, energía positiva hecha 100 por ciento para la lucha libre. Es un sueño, una satisfacción y un orgullo cada vez que vengo a luchar, te transportas a otro planeta”, señaló “El ídolo de los niños”.
Atlantis Jr., hijo de Atlantis, secundó a su papá en que ser un gladiador en el Templo del deporte de las llaves es algo “mágico”. El heredero vivió la experiencia como aficionado al acompañar por varios años a su padre y ahora como combatiente.
En su caso, se preparó 10 años para tener el permiso de su papá de debutar en el recinto, tiempo en el que usó por dos años el nombre de Tiburón.
“Sabía que si mi primera lucha era en la Arena México me iba a bloquear, desconcentrar. Antes quería tener experiencia con el otro personaje porque la arena impone mucho, por aquí han pasado las súper estrellas de la lucha libre”, expresó.
El exluchador Tony Salazar, uno de los principales maestros de los prospectos del CMLL, reveló que para debutar en la Arena México debe haber cinco años de preparación.
“El Niño de Oro” aseguró que de 100 prospectos, sólo tres o cuatro aguantan los exigentes entrenamientos y logran el objetivo de convertirse en luchadores de la catedral, de ahí el secreto de sacar ídolos constantemente, los últimos de ellos Rush y Andrade, que hoy figuran en Estados Unidos.
El recinto cuenta con dos gimnasios y una escuela en los que se entrenan las figuras actuales y las nuevas, además de gladiadores extranjeros que se establecen por temporadas en Ciudad de México para aprender un estilo que destaca por el arte de las llaves y la lucha a ras de lona.
“La Arena México es un recinto espiritual de la lucha libre y la diferencia entre la lucha de aquí a la de otro lugar es la calidad. Aquí solo debutan los que tiene estampa para ser ídolos, de lo contrario la gente iría a otras arenas más económicas”, sentenció Salazar.
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