México, 13 ago (EFE).- Después de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio por delante de favoritos como Estados Unidos, República Dominicana, Venezuela y Cuba, el béisbol mexicano recibió varios golpes bajos propinados por la COVID-19, que también han alcanzado deportistas de otras disciplinas en el país.
México venció a estadounidenses, canadienses y holandeses en la fase de grupos del certamen de clasificación a Tokio, y en la final le ganó a Taiwan y a Australia. Por bronce aseguró el pase olímpico al derrotar a Estados Unidos.
Sucedió en noviembre. Quedaban muchos meses para hacer una buena preparación, pero la COVID obligó a suspender la temporada de la Liga Mexicana de Béisbol, en la cual juegan numerosos integrantes de la selección que, aislados, bajaron la forma deportiva.
A diferencia de México, los jugadores de Japón y Corea del Sur juegan en las ligas de su país y de momento tienen ventaja en la búsqueda de una plaza en Tokio 2021.
La pandemia, que ha provocado más de 54.000 muertes en el país, también dañó al boxeo profesional y obligó a las principales figuras a aceptar la suspensión de sus peleas por títulos mundiales.
“Estaba lista para mi primera defensa, contra Catherine Phiri, de Zambia, me quedé a una semana. La pandemia lo impidió. Me mantengo entrenando pero limitada, a puerta cerrada con mi entrenador, a veces algún sparring”, dijo a Efe Yamileth Mercado, campeona supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Los principales púgiles mexicanos tuvieron una experiencia similar.
El campeón mundial Saúl Canelo Álvarez, se ha mantenido inactivo, mientras Miguel Bertchelt y Óscar Valdez ha combatido contra rivales de menor ránking en espera de que programen el esperado duelo entre ellos por el título superpluma del CMB.
Otros combates como el de Mariana Juárez, monarca gallo del CMB, contra Jackie Nava deberán esperar que desaparezcan los riesgos de contagio y algo similar ocurrirá para los pleitos por títulos de monarcas mundiales como el peso mosca Julio César Martínez, el gallo Juan Francisco Estrada y el supergallo Rey Vargas.
México aspira a ganar por lo menos cinco medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero antes, sus deportistas deberán recuperar los entrenamientos perdidos.
“El coronavirus ha sido un golpe duro. Nos iba bien a Melany Hernández y a mí, seguimos entre las mejores del mundo en la prueba sincronizada de trampolín, estábamos en una buena racha, pero la pandemia significó replantear mis metas”, declaró a Efe la doble medallista olímpica de saltos Paola Espinosa.
En los meses de aislamiento, Espinosa hizo rutinas en la caminadora, trabajos con mancuernas, ejercicios abdominales, isométricos y de flexibilidad. Cuando bajó el riesgo de contagio, regresó a la alberca, pero debió empezar de menos a más.
La suspensión de los maratones principales de México, Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, limitó a los competidores profesionales de 42 kilómetros 195 metros, mientras los atletas de marcha debieron recluirse y en el mejor de los casos encontrar parques para hacer sus sesiones de entrenamiento.
“Camino como un 15 por ciento menos de kilómetros al mes, pero al menos no estoy en cero”, expresó a Efe Horacio Nava, cuatro veces medallista de Juegos Panamericanos y subcampéon de la Copa Mundial del 2010 en la caminata de 50 kilómetros, quien espera retirarse después de los Olímpicos.
“La realidad cambió. La pandemia no solo afecta en la salud sino en lo financiero. Se requerirán más recursos de aquí en adelante para que los atletas puedan prepararse. Los costos de los boletos aéreos y los hospedajes subirán. Será difícil no solo para el deporte de México, sino para todos”, manifestó a Efe el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla.