Chicago (IL), 27 abr (EFE News).- La guatemalteca Hilda Ramírez abandonó la iglesia donde estuvo refugiada cinco años para evitar la deportación y dice que “sobrevivió al exmandatario Donald Trump, pero la “pesadilla no ha terminado” porque el presidente, Joe Biden, incumplió su promesa de ayudar al Movimiento Santuario.
Un permiso temporal de inmigración, anunciado el jueves pasado, le permitirá una vida libre por lo menos durante el próximo año en Austin (Texas) mientras se tramita una visa humanitaria a su nombre.
Hilda cruzó la frontera desde México sin papeles hace siete años y medio, con su hijo Iván, que ahora tiene 15. Juntos estuvieron en un centro de detención de inmigración durante 11 meses y antes de pedir en 2016 “santuario” en la Iglesia Presbiteriana St. Andrew en Austin, guarda un recuerdo horrible de aquella experiencia.
“Vivimos el infierno sobre la tierra”, afirmó en entrevista con Efe.
Sin hablar una palabra de inglés a su llegada al país, y apenas un poco de español porque es indígena mam -una etnia maya- Hilda dice haber sido sometida a humillaciones que no quiere recordar.
RECLAMOS A BIDEN
A los 32 años, y madre soltera, esta mujer está muy agradecida a la comunidad de la iglesia que la acogió, refugió y brindó asesoramiento, pero no al presidente, que, a su entender, incumplió su promesa de aprobar un alivio migratorio para las casi 200 personas que viven en “santuario” en todo el país.
A punto de que se cumplan esta semana los primeros 100 días de su gobierno, la inmigrante cree que si Biden “hubiera querido” darles la residencia permanente “ya lo habría hecho”.
Su abogada, Stephanie Taylor, declaró a Efe que la libertad de Hilda se debe estrictamente a la presión de la comunidad y al Movimiento Santuario. “Solamente es una coincidencia que haya ocurrido ahora”, señaló.
En su opinión, “no se puede dar crédito a la Administración de Biden, cuyos primeros 100 días han sido decepcionantes, y no soy la única que esperaba mucho más”, dijo la guatemalteca.
ADIÓS A LAS MULTAS POR BUSCAR “SANTUARIO”
El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció en un comunicado el viernes pasado que ya no se impondrán multas a los indocumentados que no hayan acatado las órdenes de salida y se hayan refugiado en santuarios, como ocurrió durante la Administración de Donald Trump.
Las multas, de cerca de medio millón de dólares por persona, eran “medidas punitivas ineficaces e innecesarias”, señaló.
Esta medida, junto a los alivios migratorios recibidos recientemente por Hilda Ramírez y otras mujeres que se escondían en iglesias, es un triunfo de la resistencia, perseverancia y lucha de la comunidad, dijo a Efe Carmen Zuvieta, de la Austin Sanctuary Network.
“Es una muestra de que el monstruo (Inmigración) está un poco más amable. Hemos luchado contra viento y marea y hemos logrado conmoverlo”, dijo.
Sin embargo, para la abogada Taylor “Inmigración continúa siendo el mismo monstruo que enfrentamos con Barack Obama y Donald Trump. Con lo de Hilda nos están tirando unas migas, y no estamos satisfechos con esto”, afirmó.
Las otras protagonistas del movimiento que lograron abandonar sus refugios después de varios años son las mexicanas Vicky Chávez, amparada por la First Unitarian Church de Salt Lake City (Utah), Edith Espinal, que estuvo en la Iglesia Menonita de Columbus (Ohio), y Miriam Vargas, que logró santuario en la First English Lutheran Church de la misma ciudad.
Todas lograron una suspensión temporal mediante una orden de supervisión que las obliga a reportarse periódicamente ante el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés).
Espinal dijo a Efe que ha vuelto a su vida normal junto a su esposo y tres hijos, dos de ellos ciudadanos.
“Por un lado estoy tranquila porque me informaron que tengo una visa humanitaria preaprobada, pero tengo que esperar dos años y la orden de deportación no fue cancelada”, expresó.
TODAVÍA MUCHO POR HACER
Su abogada, Lizbeth Mateo, opinó que el anuncio de Mayorkas sería la única manifestación pública que debería esperarse del Gobierno sobre el santuario.
“Todo se maneja detrás de la escena, ningún político quiere que se malinterprete un anuncio de solución como la luz verde para que todo vuelva a repetirse”, dijo.
“La diferencia con esta administración es que hay conciencia, sienten vergüenza por lo sucedido con los migrantes, algo que no se daba con la Administración Trump”, dijo Mateo, aunque aclaró que “nada de lo sucedido es gratis, lo hemos ganado nosotros por estar muy vigilantes y atentos”.
David Bennion, director ejecutivo del Free Migration Project, opinó por su parte que la decisión de suspender las multas es “un desarrollo bienvenido”, pero advirtió que hay otras políticas y prioridades vigentes, que van a “destrozar a miles de familias”.
“La administración Biden está creando nuevos objetivos para ICE ahora, que pueden terminar en iglesias santuario más tarde”, dijo a Efe en referencia a la aplicación del Título 42, que permite la expulsión expedita del país de decenas de miles de inmigrantes recién llegados a la frontera por regulaciones de salud pública.
“La única solución que protegerá a toda la comunidad inmigrante del terror de ICE es terminar por completo con la detención y deportación de indocumentados”, opinó. Info, Prensa Mexicana