Ciudad de México, 17 jul (EFE).- Una amistad de muchos años, mutua admiración y una cercanía geográfica llevaron al cantante argentino Laureano Brizuela y al mexicano Benny Ibarra a hacer un himno de esperanza con el tema “(Que todo va a estar) OK”.
“Nos tocó vivir muchas cosas al inicio de nuestra carrera y después la vida nos mandó vivir al mismo pueblo mágico en México. Un día Laureano me compartió este tema con la letra que él hizo y nos aventuramos, nos aventamos del paracaídas creativo juntos”, aseguro Ibarra en entrevista con Efe.
Ibarra era apenas un niño que formaba parte de la agrupación Timbiriche cuando Laureano Brizuela ya era llamado “El Ángel del Rock”. Pese a la diferencia de edades, la amistad se afianzó y ahora unieron sus talentos en un tema de alegría y fortaleza.
“Es nuestra obligación seguir dando cosas y no parar nunca. Esta canción vino a unir estas voluntades y, más allá de que la canción cae como un abrazo en un momento tan delicado, es una canción que tiene una intención a futuro”, asegura Brizuela, quien describe el tema como “atemporal”
Según su creador, se trata de una colaboración “hecha al revés”, en donde la fuerza que los unió no fue la de sus disqueras con intereses monetarios sino un deseo creativo de hacer música.
“No hay nada programado y todo lo vamos creando de a poquito, producir en sala es ir edificando una arquitectura musical que nosotros pretendemos y así se hizo (‘Que todo va a estar OK’), de forma artesanal”, dice Brizuela.
El tema es una versión en español elaborada por el cantante argentino de “It’s Gonna Be Okay” original de la banda estadounidense The Piano Guys.
“Logramos el objetivo, dignificamos la versión original, es un desafío para el productor y compositor porque tomar la obra de alguien y no hacerla con la dignidad con la que se hizo antes en términos sonoros de ejecución e interpretación es como un crimen”, explica.
Ibarra califica esta canción como un himno que sobrepasa las emociones y ambos coinciden en que, aunque las adversidades actuales enmarcan la importancia de la canción, es un tema que podrá acompañar a sus seguidores en cualquier otro problema futuro.
“La energía de una banda tocando en vivo y usar todos esos elementos para contar una historia. Hay un momento en el que ni si quiera es suficiente la letra para expresar la energía de la canción por eso viene el recurso del ‘¡hey hey hey!’ que va mas allá, es parte de los elementos que hace que la canción se convierta en un himno”, dice Ibarra.
APRENDIZAJES DE PANDEMIA
Ambos se muestran sensibles ante la situación de la pandemia y esperan que sea cada vez menos el tiempo que transcurra para que termine.
Ellos aseguran que han encontrado en la música un alivio que ninguna otra cosa les ha dado.
“En la música encuentro mucha paz, hacer música y tener esa bendita misión en la vida es algo que nos da paz y nos da ese momento de entender que vinimos para algo más”, explica Ibarra.
Uno de los aprendizajes que marcaron más al cantante durante este tiempo fue la certeza de que la felicidad depende de uno mismo.
“Mi felicidad no depende de nadie, no le puedo colgar ese peso a nadie, ni a mi esposa, ni a mis hijos, ni a mis fans, ni a Laureano, si no estás feliz contigo mismo y con lo que tienes. Esta pandemia nos obligó a limpiar el espejito y vernos más profundo”, asegura. Info, Prensa Mexicana