México, 17 dic (EFE).- La cinta “Leona”, que se estrena este jueves en México, relata el paso a la adultez de una joven judía, provocando cierta controversia en la comunidad judía. “Creo que es importante hacer una crítica del lugar donde vengo y de las cosas que pueden ser mejores”, dijo a Efe el director Isaac Cherem.
El cineasta comenzó a observar la comunidad desde fuera cuando se mudó de casa y decepcionó a sus padres. Primero, con 22 o 23 años, desde el enfado, creando un primer borrador de una película sobre buenos y malos.
“Durante dos años escribí el guión y fue evolucionando conmigo y fuimos tratando de entender a todos los personajes y sus circunstancias, al punto de que al final me di cuenta de que todos los personajes son víctimas de ese sistema moral religioso opresor de individualidades”, expuso Cherem.
Asimismo, explicó con mucha calma que la proyección de la cinta, que ha tenido funciones en más de 80 festivales en todo el mundo, en el Festival Internacional de Cine Judío en México en 2019 se canceló “por miedo a perder patrocinadores” y en otra ocasión un hombre le dijo que “los trapitos sucios se lavan en casa”.
Sin embargo, Leona tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Morelia en el 2018, también participó en el Festival Internacional de Málaga en España y en el Festival Internacional de Cine de Lima, Perú. Dentro de la comunidad, la cinta ha participado en mas de 50 festivales judíos en el mundo.
Ariela (interpretada por Naian Norvind) vive en una familia judía tradicional en Ciudad de México pero siempre ha tenido inquietudes artísticas e intereses por conocer más allá de lo que le enseñaron.
Entonces conoce a Iván (Christian Vázquez), un joven no judío con el que comienza una relación que lo cambiará todo.
LA CHISPA DEL ENFADO
“Yo justo me acababa de mudar de casa de mis papás y era una transición difícil que también es una transición a la adultez, a partir de haberme mudado y no solo de haber desobedecido, sino de haber decepcionado a mis padres a un nivel casi trágico”, expuso Isaac.
Además, se fue a vivir con un amigo no judío que mantenía una relación con su mejor amiga judía, lo que prendió “la chispa de enojo” con el que comenzó a escribir el guión.
El director quería que Norvind fuese la protagonista y también que escribiesen juntos el guión, algo que para la joven fue “un regalo”, ya que ella estudió literatura y disfrutó mucho del proceso de creación de la historia.
“Isaac me permitía mezclar las dos cosas que más me gustan y es raro y muy precioso que una tenga la oportunidad de escribirse algo a una misma como actriz. (…) A lo largo del rodaje también fue esa misma dinámica de tira y afloja, de hasta dónde podemos llegar. Fue una experiencia única”, indicó Norvind.
Para la creación de “Leona”, la actriz acompañó a Cherem a numerosos eventos de la comunidad judía y poco a poco se fue integrando, mientras que Norvind aportó la parte más artística y plural al haber crecido en una familia muy actoral.
Ambos insistieron en que la universalidad de la cinta reside en que cualquier persona podría pasar por las situaciones que vive Ariela.
“Todas esas son cosas, situaciones, que aunque no estés en la comunidad judía ni en una sociedad cultural o religiosa cerrada te puedes identificar. Ahí está la universalidad, porque más allá de ser una historia de amor a lo Romeo y Julieta es alguien que está tratando de salir de su cascarón”, dijo la joven.
En este sentido, Cherem explicó que en esta cinta, que es su primera producción como director, siempre le dio mucha importancia a los silencios del personaje de Ariela, quien se retrata como una chica observadora y reflexiva.
“Era algo que nos gustaba mucho del personaje (los silencios) y en la preproducción hablamos mucho de cómo la película no solo iba a estar solo en sus hombros (los de Naian), sino en su mirada. Lo teníamos súper consciente”, terminó el cineasta. Info, Prensa Mexicana