Nueva York, 21 ene (EFE News).- Aprobar la reforma migratoria del presidente Joe Biden será “duro” y costará de un gran esfuerzo y unidad, pero el senador Bob Menéndez, líder de la iniciativa en la Cámara alta, asegura estar abierto a escuchar ideas y negociar con miras a lograr un consenso necesario.
El legislador, que integró el grupo bipartidista conocido como Grupo de los 8 y que redactó un proyecto de ley de reforma migratoria en 2013, será el encargado de presentar la nueva propuesta en el Senado.
Aunque reconoció este jueves que no será fácil, se mostró optimista en que en esta ocasión se logre un acuerdo para aprobar el proyecto que sacaría de las sombras a unos 11 millones de indocumentados.
“Los últimos cuatro años han sido una pesadilla para inmigrantes y sus familias. Esa pesadilla se termina hoy”, aseguró en español el veterano político de Nueva Jersey, hijo de inmigrantes cubanos, al inicio de su conferencia de prensa para hablar de la propuesta.
“Es hora de comenzar un nuevo capítulo” tras el cuatrienio del pasado presidente Donald Trump caracterizado por los constantes ataques a la comunidad inmigrante.
De acuerdo con el senador, hace una gran diferencia cuando el liderazgo de la Casa Blanca está dispuesto a usar su poder político para que esto se logre.
Reiteró que tanto el presidente Biden como la vicepresidenta Kamala Harris quieren que esto se logre “y esperemos que se logre”.
Pese a que en el 2013 la administración del presidente Barack Obama, en la que el propio Biden era vicepresidente, respaldó en su segundo cuatrienio el proyecto, pero no se logró el consenso necesario en la Cámara de Representantes -entonces con mayoría republicana- para que fuera aprobado.
En el primer cuatrienio, pese a que demócratas dominaban ambos cuerpos la administración no presentó un proyecto y se centró en sacar adelante la reforma sanitaria, como ha ocurrido ahora con Biden, que presentó su proyecto de ley en el primer día de su mandato.
LA REFORMA MIGRATORIA DE BIDEN
El proyecto de ley permite a las personas indocumentadas solicitar un estatus legal temporal, con la posibilidad de solicitar tarjetas de residencia después de cinco años si pasan verificaciones de antecedentes penales y de seguridad nacional y pagan sus impuestos.
Los “soñadores” protegidos por la Acción Diferida (DACA), los amparados por el Estatuto de Protección Temporal (TPS) y ciertos trabajadores agrícolas podrían aspirar a la residencia permanente (tarjeta verde o “green card”) de inmediato según la legislación.
Después de tres años, todos los titulares de la tarjeta verde podrían solicitar la ciudadanía, pero para eso debían estar presentes en los EE.UU. el pasado 1 de enero de 2021 o antes.
El estatus legal temporal les permitiría viajar, trabajar y servir en las Fuerzas Armadas y vivir sin miedo a ser deportados y cubriría a esposos e hijos.
El proyecto provee además para la reunificación inmediata de familias separadas en la frontera y pone un alto a esa práctica de la pasada administración, elimina discriminación a miembros de la comunidad LGBT.
También dispone para el mejoramiento de los tribunales de inmigración, asignación de fondos para programas de orientación legal y asistencia para los menores e individuos vulnerables para asegurar la resolución justa de sus solicitudes.
Además reasignará recursos para mejorar la operación de los puestos aduaneros y el uso de tecnología y más personal en el combate del contrabando de personas y de drogas, entre otras provisiones.
LOS BENEFICIOS DE LA REFORMA
“Si esto fuera un mensaje que no va a llegar a ningún sitio no le pondría mi firma”, aseguró el senador e insistió en que “tomará mucho trabajo y negociaciones” en ambas cámaras para lograr los 60 votos que se necesitan en el Senado y el mínimo de 218 en la Cámara de Representantes.
Menéndez hizo un llamado al sector empresarial y tecnológico a unirse al esfuerzo para que el proyecto sea aprobado. Aseguró que empresas estadounidenses se beneficiarían de personal altamente especializado y que pondrían su conocimiento de tecnología al servicio del país.
Destacó los beneficios económicos de los grupos de inmigrantes como los DACA, que aportan 5.600 millones de dólares al año en impuestos federales cada año.
También dijo que el país hubiera perdido 45.000 millones de dólares en diez años de haber echado del país a los beneficiarios del TPS como intentó la pasada administración al cancelar sus permisos de trabajo.
Resaltó que los trabajadores nacidos en el extranjero aportan dos billones de dólares anuales a la economía del país y recordó que muchos de ellos son trabajadores esenciales, como los de las fincas agrícolas, que durante la pandemia arriesgaron sus vidas mientras otros estaban en sus casas.
Aseguró que a través de la historia los inmigrantes han hecho un aporte vital a la economía del país y que han sido los que realmente han creído en el “sueño americano”.
“Esperamos que se pueda construir un sistema de migración en el 2021 que mantenga el ‘sueño americano’. Sí se puede y sí lo vamos a lograr”, aseguró. Info, Prensa Mexicana