Phoenix (AZ), 1 mar (EFE News).- La mexicana María Pimentel se siente “bendecida” de haber logrado la ciudadanía estadounidense y ahora solo espera su pasaporte para cumplir con la “manda” hecha a la Virgen de San Juan por cumplirle el “favor” de poder votar y tener todos los derechos en su nuevo país.
“Le pedí tanto a la Virgen de San Juan que me hiciera el milagro, ya que a veces se ponen difíciles los oficiales de inmigración, así que le dije que si todo salía bien iba a visitarla a Jalisco”, dijo a Efe sobre su promesa a la Virgen de San Juan De Los Lagos.
Como miles de inmigrantes, Pimentel fue la pasada semana a hacer el examen de ciudadanía con la duda del talante que se encontraría en las oficinas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), después del cambio de administración y que la llegada del presidente, Joe Biden, “suavizase” las políticas antiinmigrantes impuestas por el expresidente Donald Trump.
“El oficial que me atendió me hizo sentir confortable, primero me preguntó por mi familia, mi trabajo, nunca me sentí intimidada, así que ahora no hay por qué sentirse nerviosos en el proceso”, dijo esta madre de tres hijos, quien emigró a Estados Unidos hace 35 años.
El Gobierno de Biden recuperó la pasada semana la anterior prueba de ciudadanía y desechó la aprobada por la administración de Trump, que era más larga y que fue criticada por activistas pro inmigrantes.
Pimentel dijo que tuvo la “suerte” de contestar la versión 2008 de la prueba, que es más corta, y logró su naturalización pese a que fue detenida en una redada migratoria cuando trabaja en los campos de cultivo de Estados Unidos.
Entonces tenía 15 años y trabajaba en las “pizcas” (recogida) de la pasa y las uvas y llegaron agentes migratorios y la detuvieron: “Lo bueno es que no me tomaron huellas. Pero sí tuve problemas por esa situación cuando me quise hacer residente”.
Ayensa Millán, abogada en inmigración, aseguró a Efe que el cuestionario propuesto por Trump era una “claro ataque a los inmigrantes que buscan la ciudadanía”.
“Lo más preocupante es el poder de decidir que se les otorgaba a los oficiales para sospechar si el solicitante no vive en el país, o se quedó más tiempo fuera, con la facultad de mandar el caso a un juez de migración, quien tiene el poder de quitar la residencia”, expresó la integrante de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA, en inglés).
Además, la agencia de inmigración había advertido que, cuando “generalmente se rechaza la solicitud de naturalización, el solicitante es puesto en un proceso de deportación”.
La inmigrante nacida en Michoacán (México) vivió los últimos años con el temor de perder su “green card” (tarjeta verde), pero ahora “puede respirar más tranquilidad”.
“Ahora, siento que pertenezco más a Estados Unidos y que tengo más derechos”, comentó.
Sus ansias por votar en Estados Unidos la llevaron a pedir la ciudadanía, para así poder hacer como sus hijos y tener el derecho de elegir un gobierno que representara a los inmigrantes.
“Yo quería ser la voz de más de quince millones de inmigrantes en el país, me dio mucho gusto que mis hijos votaran por primera vez”, comentó la mexicana, quien ahora tendrá que esperar las próximas elecciones para hacer valer su sufragio. Info, Prensa Mexicana