Poptún (Guatemala), 2 oct (EFE).- Más de 1.900 migrantes hondureños avanzaron este viernes por diversos puntos de Guatemala y se mantuvieron firmes en su lucha de buscar el sueño americano, pese a los obstáculos de la ruta y los registros por parte de las fuerzas de seguridad locales.
La caravana migrante que ingresó ilegalmente el jueves por la mañana a Guatemala con más de 3.000 personas se dispersó este viernes por grupos y aunque alrededor de un centenar de hondureños emprendieron el regreso, la mayor parte de la multitud sigue su camino.
El Instituto Guatemalteco de Migración detalló a periodistas que un grupo de 700 personas aproximadamente se dirige hacia el departamento de Petén, en el norte del país, “utilizando transporte pesado o microbuses” para transportarse.
Otros 800 hondureños, divididos en pequeños grupos de 25 personas, avanzan por el departamento de Izabal, en la costa guatemalteca al océano Atlántico.
De acuerdo con la misma fuente, 400 hondureños viaja rumbo a la Ciudad de Guatemala, tanto caminando como en autobuses. Se desconocen por el momento el trayecto de otros grupos más pequeños.
La meta de todos los hondureños es superar la frontera mexicana para posteriormente llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.
Las autoridades guatemaltecas han atendido a al menos 20 menores no acompañados que iban en el grupo, con asesoría de todo tipo.
EMPRENDEN EL RETORNO
En contraparte, más de un centenar de hondureños que componían al caravana abandonaron voluntariamente este viernes Guatemala y retornaron a su país de origen, de acuerdo con diversas fuentes.
“Tenía la ilusión de ir a Estados Unidos. Según nosotros íbamos a llegar todos juntos a la frontera con México. Pero todo mundo acá en Guatemala se distribuyó. Y no me vale porque voy sin dinero”, le contó a la agencia Efe Ricardo Pineda, uno de los migrantes que emprendió el regreso a su país.
Como Pineda, 108 migrantes hondureños decidieron retornar este viernes a su país natal después de entrar ilegalmente el jueves a Guatemala ante la impotencia de las autoridades debido al paso masivo de los viajeros.
“Me vine porque queríamos ver si con la caravana la hacíamos. Tenía esa ilusión”, añadió Pineda, de 39 años y originario de Puerto Cortés.
Los migrantes que han retornado voluntariamente este viernes a Honduras han sido transportados en algunos casos por “camiones del Ejército de Guatemala y unidades policiales”, precisó el Gobierno guatemalteco.
Muchos de los hondureños que han decidido suspender su viaje en busca del sueño americano se encontraban en el departamento de Izabal, unos 250 kilómetros al noreste de la capital de el país.
En el lugar, militares con megáfonos intentaban convencer a los hondureños de retornar a su país, en una “campaña de sensibilización”, como la catalogó un soldado que prefirió no identificarse.
Las fuerzas de seguridad de Guatemala, tanto civiles como militares, han realizado recorridos y puestos de registro en diversos puntos del norte del país para supuestamente controlar a los migrantes, aunque al momento no se han divulgado datos sobre deportaciones.
El presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, ordenó el jueves por la noche el estado de prevención en seis de los 22 departamentos del territorio por el ingreso ilegal de la caravana migrante.
El estado de prevención, según la ley guatemalteca, limita las reuniones al aire libre y permite la disolución de manifestaciones o grupos no autorizados.
La disposición se debe, según el gobernante, al ingreso ilegal este jueves de los migrantes hondureños y su “irrespeto” a los protocolos sanitarios implementados por el país para evitar la expansión de la COVID-19.
De acuerdo con la reglamentación guatemalteca, todos los extranjeros que ingresen al país deben mostrar una prueba que son negativos a la enfermedad.
“No solo violentaron el ingreso al territorio nacional, sino que también provocaron desorden en la estación migratoria”, enfatizó el médico y cirujano retirado de 64 años.
Los departamentos donde quedó implementado el estado de prevención son Izabal, Petén, Zacapa, El Progreso, Jutiapa y Chiquimula, ubicados en las zonas este y norte del territorio.
Las autoridades esperaban un nuevo ingreso de miles de hondureños este viernes, pero el Instituto Guatemalteco de Migración no ha registrado incidentes este viernes.
La falta de empleo, la inseguridad y la violencia criminal son las razones por las que muchos hondureños migran a diario a otros lugares, según fuentes de organismos de derechos humanos.
Una de las caravanas más multitudinarias fue la primera de este tipo que salió el 13 de octubre de 2018 con más de 4.000 personas.
Pese al fracaso de este viaje, el hondureño Ricardo Pineda no pierde la esperanza de emigrar a EEUU próximamente. “Mi hermano iba en la caravana de 2018. Sufrió pero llegó”, recuerda el migrante. “Voy a llegar a Estados Unidos con un ‘coyote’ o como Dios quiera. Pero algún día voy a llegar”, advirtió. Info, Prensa Mexicana
Esteban Biba