Tegucigalpa, 29 ago (EFE).- Proteger a mujeres maltratadas, desplazadas por la violencia o víctimas de trata de personas es el propósito de tres refugios secretos de la Asociación Calidad de Vida de Honduras -donde cada 23 horas es asesinada una mujer-, espacios que reclaman la aprobación parlamentaria de una normativa y presupuesto.
El primer centro para mujeres víctimas de violencia doméstica abrió sus puertas en 1996 en Tegucigalpa con el “sueño” de dar a la mujer la “oportunidad de proteger su vida”, dijo este sábado la directora de Calidad de Vida de Honduras, Ana Cruz, en una entrevista con Efe.
Señaló que las mujeres sufren varios tipos de violencia, por lo que Calidad de Vida decidió abrir en 1996 un refugio para víctimas de violencia doméstica, intrafamiliar y sexual, uno para desplazadas por la violencia (en 2015) y una tercera casa, en 2018, para afectadas por la trata de personas.
Las mujeres víctimas de violencia doméstica y sexual y sus hijos pueden estar hasta tres meses en el refugio, tiempo en el cual reciben atención psicológica y se les prepara para un nuevo comienzo, añadió.
No obstante, las víctimas de trata de personas y desplazamiento por violencia no tienen un tope de estancia, ya que dependen de procesos legales para su reubicación.
“A las mujeres no les gusta estar en una casa refugio, cualquiera puede decir que (el refugio) es como un hotel para ellas, pero a ninguna mujer le gusta estar encerrada”, enfatizó la activista.
ATENCIÓN INTEGRAL
Los refugios secretos brindan una “atención integral” a las mujeres que va desde apoyo psicológico, asesoría jurídica y todo lo necesario para que puedan salvaguardar su integridad, agregó.
“La primera necesidad básica que nosotros cubrimos es la alimentación inmediata, luego viene el baño y ya después empieza la atención a su crisis”, explicó.
Calidad de Vida busca que la mujer se empodere de sus derechos y las que quieren emprender un negocio reciben capacitación laboral y servicios de desarrollo empresarial.
“Uno de nuestros objetivos es que la mujer salga preparada (…) que reconozca que es un ser humano que tiene derechos y le enseñamos a no negociar sus derechos y sea respetada”, enfatizó.
La asociación hondureña trata de dar a las mujeres “un servicio integral con calidad y calidez”, mientras que sus hijos reciben servicios pedagógicos para que no pierdan su año escolar, añadió.
VIOLENCIA DOMÉSTICA, EL MAYOR PROBLEMA
Los casos que más llegan a los refugios secretos son de víctimas de violencia doméstica, un problema que afecta a todos los niveles socioeconómicos y grupos étnicos, aunque con mayor prevalencia entre mujeres de bajos ingresos, señaló Cruz.
Las mujeres más afectadas están en un rango de edad de entre 18 y 26 años, lo que refleja que la violencia de género comienza “a temprana edad”, indicó.
“Si una niña está viendo que su mamá recibe violencia, ella normaliza ese patrón de conducta y también cree que es normal y natural recibir violencia”, destacó la activista.
El número de denuncias por violencia machista presentadas en Honduras durante el primer semestre roza las 50.000, según datos citados por la asociación Calidad de Vida.
CONFIDENCIALIDAD DEL REFUGIO
Para garantizar a las víctimas que estarán lejos de sus agresores, la ubicación de los tres refugios se mantiene en secreto como parte de la política de seguridad de Calidad de Vida.
La seguridad es tan rígida que las mujeres son trasladadas de noche en vehículos con vidrios polarizados para que no conozcan la ubicación exacta del refugio, explicó Cruz.
Desde que Calidad de Vida abrió el primer refugio han atendido en las tres casas a alrededor de 5.800 mujeres, y si se incluye a sus hijos, la cifra se eleva a más de 17.000 víctimas, según cifras de la asociación.
La activista indicó que todas colaboran para su funcionamiento con actividades como la preparación de los alimentos, la limpieza y el cuidado de los niños.
También participan en terapias terapéuticas para “mejorar la relación entre madre e hijos”, indicó Cruz, quien instó al Parlamento hondureño a aprobar la Ley de Casas Refugio, presentada en 2018, para mujeres víctimas de la violencia machista en el país centroamericano, que ya deja más de 200 muertas en lo que va de año.
“Es urgente tener esa normativa que regule las casas secretas” y que el Gobierno asigne un presupuesto anual de unos 4 millones de lempiras (160.000 dólares) a cada refugio, enfatizó.
En su opinión, la lucha contra la violencia de género continúa siendo uno de los grandes desafíos para Honduras, un país tradicionalmente dominado por los hombres y donde “la vida de la mujer no vale nada”.
Anny Castro