Oaxaca (México), 24 dic (EFE).- Después de dos años de suspensión por la pandemia de la covid-19, en las vísperas de la Navidad, volvió a presentarse la tradicional Noche de Rábanos en su edición 125, en el zócalo de la ciudad de Oaxaca, en el sureño estado mexicano del mismo nombre.
En el evento, más de 50 hortelanos crearon desde su imaginación cientos de figuras a partir de estas verduras de color rojo intenso y blanco.
Los rábanos fueron cosechados la mañana del 19 de diciembre y fueron utilizadas para dar vida nuevamente a esta singular costumbre navideña por 60 artesanos más de 16 toneladas, que fueron desenterradas por los mismos artesanos que esta noche les dieron vida, textura y forma.
Gracias a los rábanos se reviven costumbres oaxaqueñas como las calendas, que son los anuncios de las fiestas a través de bailes y música de banda que interpretan sones oaxaqueños; nacimientos para recordar el pasaje bíblico que dio origen a la Navidad y figuras prehispánicas como Centéotl y Quetzacoátl, así como templos coloniales religiosos e imágenes católicas.
“Nacimiento Serrano” fue la creación de la señora Enedina Vásquez Cruz, quien explicó a EFE que para participar en la Noche de Rábanos hay dos normas inquebrantables: “Solamente (se pueden usar) astillas de carrizo o palillos, nada de plásticos o fierros y el rábano ocuparlo al menos en el 90 %”.
Para terminar su creación fueron necesarios tres días, para representar en un nacimiento oaxaqueño las figuras religiosas de San José, María y Jesús tallados en rábanos.
Esta singular costumbre navideña comenzó la noche del 23 de diciembre de 1897 cuando en el zócalo de Oaxaca se instalaba un mercado para que la ciudadanía de aquella época comprara las verduras y pescados para la cena de Navidad, pero los vendedores, agobiados por las bajas ventas, idearon adornar sus puestos y darles figuras a sus verduras para atraer la atención de la clientela.
Hermenegildo Contreras lleva 40 años participando en la Noche de Rábanos y esta vez presentó la imagen de la Virgen de Juquila, una advocación de María que es venerada en Oaxaca y se ha documentado sobre el origen de esta festividad para explicarlo a los visitantes.
“El libro ‘Noche de Rábanos’, escrito por (Alejandro) Méndez Aquino, explica que en 1897 se daba un estímulo a los vendedores para premiar a la mejor figura”, según compartió con Efe.
En esta ocasión participaron también el grupo de artes “Gráfica SiqueIros”, conformado por un grupo de internos del penal de Etla, Oaxaca, donde desde su redención han encontrado en las artes plásticas un nuevo concepto de la palabra libertad.
Uno de ellos, quien junto con sus compañeros elaboraron en el penal la obra “Un día en el taller de Gráfica”, que los representa a ellos haciendo trabajos de grabados pero convertidos en rábanos, explicó que lleva cinco años participando en el grupo.
“Te ayuda mucho porque te libera de emociones, te ayuda a estar en paz, y aparte también generamos económicamente, entonces es algo muy bueno eso, como siempre hemos dicho es un oasis dentro de este lugar. El estar dentro del taller, el hacer tus obras en este caso sacarlas es como ir libres nosotros”, explicó. Info. Prensa Mexicana