Miami, 17 sep (EFE News).- Las luces del espectáculo nunca han encandilado a Paquita la del Barrio. Tampoco la sacan de su centro los aplausos, los reconocimientos o la fama. Lo que sí la emociona es que millones de personas usen sus canciones “para sanar sus penas de amor” y que “las mujeres jóvenes de la música latina sigan la batalla contra los inútiles”.
En una entrevista exclusiva con Efe, la legendaria cantautora mexicana confesó que le gusta “que haya cada vez más artistas femeninas poniendo a los hombres en su sitio, peleando por sus espacios y contando nuestras historias”.
Por eso agradece que ese año los Latin Billboard le entreguen el prestigioso “PremioTrayectoria Artística”.
“Este tipo de cosas no son importantes para mí como persona. Se siente bien que reconozcan el trabajo que se hace, claro, pero cuando esté en el escenario el próximo jueves lo importante para mí es que las mujeres, o cualquier persona, hombres también, que estén en una relación dañina o que estén sufriendo, puedan cantar conmigo para estar mejor”, indicó.
Si inspira a las nuevas artistas a entender que “no tienen que enseñar tanto o ponerse al nivel de los hombres para ganar fama, pues mejor que mejor, doble ganancia”, afirma entre risas a pesar de que una fuerte gripe que la tiene muy congestionada le complica la respiración de vez en cuando.
No está preocupada de seguir enferma durante la ceremonia de los Latin Billboard, que se realizará en Miami el 23 de septiembre. “Me estoy tomando un remedio que es infalible”, aseguró, y compartió la receta que incluye limones, ajo, cebolla morada y agua muy caliente. Está convencida de que eso, sumado a los medicamentos recetados por su doctor, la tendrá “mejor que nunca”.
Su fe en que “todo va a estar bien” es tal que dejó al criterio de los productores del programa, que se transmitirá por la cadena Telemundo, la selección del repertorio de su segmento y quiénes participarán. “Pero sé que va a estar hermoso”, indicó.
LA GUERRILLERA DEL BOLERO
Cuando habla de su vida, Francisca Viveros Barradas, de 74 años, parece estar relatando la de otra persona y reconoce que cuando está en su casa o en su adorado restaurante en Ciudad de México, actualmente cerrado por las normas contra la covid-19, siente “como si la parte de los escenarios fuera un sueño”.
Para ella Paquita la del Barrio es un personaje que se inventaron en un programa de televisión y que “pegó”. El origen está justamente en su local, que ya tenía el nombre de “Casa Paquita” cuando comenzó a darse a conocer, primero en el dueto Las Golondrinas que tenía con su hermana, y luego como solista y compositora.
Los apodos como “La guerrillera del bolero” le dan risa. “La prensa inventa mucho”, expresa. Sin embargo, reconoce que ella también inventa, pero sus inventos, que se convierten en música gracias al talento de su compadre, el compositor mexicano Manuel Eduardo Toscano, son cantados.
“Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho, espectro del infierno, maldita sabandija, alimaña, culebra ponzoñosa, maldita sanguijuela y maldita cucaracha”, son algunos de esos “inventos” y para muchos los mejores insultos que se hayan incluido en una canción, al menos en español, aunque probablemente en cualquier idioma.
Son parte de “Rata de dos patas”, el tema más icónico de la artista y que sin duda será cantado en los Latin Billboards. Otras canciones representativas y sin duda catárticas de la estrella son “Pobre pistolita”, “Me saludas a la tuya”, “Cheque en blanco” y “Escoria humana”. Todas boleros o rancheras, su género favorito.
Pero fue “Rata de dos patas”, que sacó en 2004, la que la convenció de que su carrera era de verdad internacional. “Me llevaron de promoción a España y cuando escuché a todos cantándola fue cuando me di cuenta de que todo esto de la música era cierto”, manifestó.
Tan cierto es que el tema ha sido escuchado más de 17 millones de veces en Spotify y es un himno en centros nocturnos gays en el mundo hispano. Sus discos le han valido múltiples premios, incluyendo dos nominaciones a los Grammy en inglés.
AMORES Y UN BUEN COGNAC
Cuando es solo Paquita, mamá o abuela, la artista disfruta de ver a sus hijos y nietos aún reclamarle por sus canciones. “¡Cómo vas a decir eso!”, le señalan con sorna.
Pese al buen humor, todos saben que si hay algo que de verdad une a las dos Paquitas -la de casa y la del público- es que representan la resiliencia de mujeres abusadas y engañadas. Sus hijos son producto de dos relaciones que terminaron por mentiras e infidelidad.
“Yo he vivido de todo”, afirma, y subraya que ninguna de las series y películas que se han hecho sobre ella “han contado las cosas como son”.
Por eso nada la impresiona. Tampoco la hace sentirse más especial que nadie o le da el mayor placer. Eso lo reserva para convivir con sus amores: su familia y amigos, que son como familia.
Es la razón por la que describe los mejores momentos de su vida como “esas noches cuando estoy con ellos -son pocos- y nos hacemos guasas (chistes), escuchamos buena música de Los Panchos, de José Alfredo Jiménez, y tomamos un buen cognac”. Info, Prensa Mexicana