Miami, 9 sep (EFE News).- La “soñadora” Karumi Durán pudo regresar por fin a Texas tras meses de incertidumbre en México después de ser separada “abruptamente” de su familia al viajar a su país de origen para intentar lograr la residencia permanente en Estados Unidos debido a un mal consejo de su abogado de inmigración.
Después de que su pedido de ayuda para poder regresar con su esposo y su bebé de meses lograse la atención de congresistas y medios nacionales, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) le concedió un permiso humanitario que le permitió retornar a Texas, explicó a Efe su abogada, Jessica Domínguez.
Durán, su esposo -el ciudadano estadounidense Roberto Reyes- y su bebé Alison viajaron este jueves hasta Houston después de que la joven mexicana, amparada por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), cruzase este miércoles la frontera por el Puente Zaragoza que separa Ciudad Juárez de El Paso, donde la esperaba su familia.
Llena de alegría, la joven dijo a Efe en entrevista telefónica que han sido meses duros, en los que lo peor fue verse lejos de sus padres, hermanas, esposo e hija de “un día para otro”.
Ahora quiere recuperar parte del tiempo perdido y quedarse en casa un tiempo antes de regresar a su trabajo como maestra. Su principal objetivo es ahora es disfrutar “apapachando” a su hija todo lo que pueda.
UNA PESADILLA INESPERADA
Todo comenzó cuando no se le permitió regresar a Estados Unidos luego de su entrevista para la residencia legal permanente en el consulado estadounidense en Ciudad Juárez, lo que la separó de su marido y su bebé, que en el transcurso de estos meses de separación ya cumplió su primer año de edad.
El esposo debió regresar a Texas para poder trabajar y así afrontar todos los gastos de la joven familia, incluida su casa y el coste del abogado.
“Ha sido muy fuerte”, explica la abogada sobre la experiencia vivida desde entonces por la joven y su esposo, que pudo contar con la ayuda en Texas de los abuelos maternos para atender a la menor.
Domínguez no quiere aventurarse con la estrategia a seguir a partir de ahora para conseguir estabilizar la situación migratoria de Durán, pero es consciente de que el permiso humanitario representa la “noche y el día” para la joven, que corría el riesgo de permanecer fuera del país en el que creció durante 10 años.
AMPARADA POR DACA
Durán llegó a Estados Unidos a la edad de 6 años y fue criada y educada en Texas, donde se graduó de la universidad y trabajó como maestra.
Karumi Durán ha sido beneficiaria de DACA desde 2013 y en 2017 solicitó su residencia legal a través de su esposo, pero su petición fue denegada en marzo pasado porque siendo niña ingresó a Estados Unidos con sus padres de manera irregular. Además se le prohibió regresar al país durante 10 años.
Por eso, la abogada tiene claro que los “soñadores” deben pensar cuidadosamente la decisión de apostar por la estrategia adoptada por Durán para regularizar su situación, y no salir del país sin uno de los permisos de salida conocidos como “advance parole”, que posibilitan el volver a entrar a Estados Unidos.
“No vale la pena tomar un paso que puede causar tanto dolor”, que puede dejar a una familia “incompleta” durante años.
Es el mismo mensaje que tiene Durán, que pide a los jóvenes inmigrantes que “chequen con varios abogados, aunque haya que pagar mucho dinero” y que no “salgan del país sin saber” a ciencia cierta sobre sus posibilidades de retornar.
Ahora esa pesadilla parece que tendrá un final feliz y Domínguez explica que, una vez juntos de nuevo en Estados Unidos, esa experiencia que les “ha cambiado la vida” y toda la “presión y desesperación” vivida durante estos meses se disipó por completo en el rostro de la pareja.
Y este logro se pudo dar gracias a la presión de grupos de activistas y los congresistas texanos Sylvia García y Pete Sessions, que se sumaron a los esfuerzos de la comunidad para pedirle al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que le permitiera a Karumi Durán regresar a Estados Unidos.
Y la joven tiene un mensaje de inmensa gratitud para todos ellos, por trabajar “día y noche” para que ella pudiera volver con su familia a Estados Unidos. Info, Prensa Mexicana