Nueva York, 8 ene (EFE News).- El “trauma severo” de ser separados de sus padres o tutores, como ocurrió a miles de menores en la frontera de Estados Unidos con México, afecta la salud mental y desarrollo físico de los niños, y puede impactar la relación con sus padres e incluso con sus propios hijos en el futuro, dijeron neurocientíficas de la Universidad de Yale.
Por ello es urgente que estos niños separados de sus padres bajo la Administración del presidente Donald Trump sean reunidos con estos lo antes posible y reciban tratamiento de salud mental que aminore el impacto del trauma, advirtieron Sahana Kribakaran y Emily Cohodes, que estudian en Yale los efectos del trauma en la vida temprana sobre el desarrollo del cerebro y la salud mental.
Kribakaran y Cohodes hicieron un llamamiento al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, a incluir este asunto entre las prioridades a atender una vez que asuma el cargo el 20 de enero.
“Un trauma severo como la violencia de la separación de tus padres o cuidadores a temprana edad puede interferir en su salud, su capacidad para funcionar en el día a día y su desarrollo físico; así como en su capacidad para prestar atención y centrarse en la escuela, y muchas veces se vuelven vigilantes del ambiente en el que están y crean un mecanismo de autoprotección”, comentó a Efe Kribakaran.
De acuerdo con Kribakaran y Cohodes, el trauma puede tener impacto en el desarrollo social, físico o emocional de los niños, así como en su capacidad de relacionarse, y causar depresión, ansiedad y síndrome del desorden postraumático, que se manifiestan a través de sus vidas.
En 2018, el Gobierno de Trump inició la aplicación de un programa que separó a más de 3.000 menores de sus padres y madres inmigrantes detenidos en la frontera, aunque luego se conoció que la separación había comenzado un año antes.
Las imágenes de niños llorando mientras eran arrancados de los brazos de sus padres a su llegada a la frontera y colocados en sitios de detención que parecían jaulas causaron revuelo mundial al quedar al descubierto las graves violaciones a sus derechos humanos.
Dos años más tarde, centenares de esos menores siguen bajo custodia del Gobierno, y sus padres y madres que han sido deportados no saben cómo recuperarlos.
Cerca de 20 % de los niños cuyas familias no han podido ser localizadas tenían menos de cinco años al momento de la separación, señalaron las expertas, y destacaron que traumas como este, sin importar cuándo ocurra, aumentan drásticamente a corto y largo plazos los riesgos de problemas de salud mental y física.
“Cada niño responde de manera distinta al distanciamiento”, advirtió Kribakaran, graduada de neurociencias por la Universidad de California en Los Ángeles y candidata al doctorado en medicina en Yale. Explicó que el cuerpo y el cerebro crecen rápidamente, especialmente en los primeros años, y debido a eso el trauma severo puede ser más perjudicial a edades más tempranas y su impacto dependerá del tiempo que pasen separados.
“Es por eso que es urgente, necesario, que la nueva Administración tome acción inmediata” para reunir a estos niños con sus familias y que reciban la ayuda de salud mental que requieren, que debe llegar acompañada del asilo que buscaban al llegar al país y otras ayudas sociales, apuntó.
Cohodes, titulada en psicología por la Universidad de Stanford y candidata al doctorado en psicología clínica en Yale, destacó que cuando un niño ha sido separado de su familia, especialmente a temprana edad, es importante que tanto los menores como los padres hablen de lo que pasó.
“Sabemos que el trauma impacta la relación entre padres e hijos, un impacto de larga duración, y la reunificación y el tratamiento son necesarios para ayudar a los niños a empezar a reparar esa relación”, indicó.
Las expertas destacaron igualmente que un trauma como este en la infancia puede pasar a ser un trauma generacional porque va a afectar cuando las víctimas tengan sus propios hijos.
De acuerdo con las especialistas, años después de haber sufrido el trauma de la separación durante la infancia, los adultos muestran alteraciones duraderas en las redes del cerebro que regulan el miedo y las emociones.Esos cambios biológicos pueden resultar en síntomas debilitantes de desorden de estrés postraumático y ansiedad.
“Es muy importante que las familias sean reunificadas inmediatamente y que reciban el tratamiento lo más rápido posible”, insistió Cohodes.
Un reciente documento publicado en el Diario Oficial de la Academia Estadounidense de Pediatras asegura que el tratamiento que el Gobierno de Trump da a los menores inmigrantes en la frontera con México es compatible con la tortura, tal y como esta se define en acuerdos multilaterales.
Biden ha prometido que en los primeros 100 días de su gestión revertirá las políticas “crueles y sin sentido” de la Administración Trump que separaron a los padres de sus hijos en la frontera, entre otras acciones relativas a la inmigración, pero aún no ha explicado cómo se hará. Info, Prensa Mexicana