Ciudad de México, 15 jul (EFE).- La Selva Maya ganó 10.946 hectáreas de bosque de 2017 a 2020 con un proyecto que involucró a los tres países que comparten este ecosistema: México, Belice y Guatemala, informó este jueves la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La UICN presentó el cierre del proyecto “Protección de Recursos Naturales de la Selva Maya”, que “deja aportes importantes para las áreas protegidas, su conectividad, las comunidades locales y la gobernanza” del territorio.
La iniciativa actualizó los planes de manejo de más del 80 % de las 230 Áreas Protegidas de la selva, con una extensión de más de 124.450 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en el “macizo continuo de bosque tropical húmedo y subhúmedo más extenso de Mesoamérica”.
“Alberga una diversidad ecológica y cultural incomparable, en ella confluyen extensas áreas de bosque y comunidades locales. Después de la Amazonía, la Selva Maya es el bosque tropical más extenso del continente americano”, sostuvo la UICN.
La Unión está compuesta por países, agencias gubernamentales y asociaciones de la sociedad civil, con un total de 1.400 organizaciones participantes y más de 18.000 expertos.
En el proyecto estuvieron involucrados el Departamento Forestal de Belice (FD por sus siglas en inglés), el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala (Conap) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México (Conanp).
“Este proyecto ha sido un verdadero reto para todos, pero también una enseñanza para demostrar que el trabajo conjunto y coordinado es la opción más sostenible, no la más fácil, pero sí la más duradera”, declaró Úrsula Parrilla, directora de la Oficina Regional de la UICN para México, América Central y el Caribe.
Otro de los logros presentados fue un aumento del 20 % en la “efectividad de la gestión en las áreas protegidas asistidas por el proyecto”.
También hubo un estudio regional de corredores biológicos de conectividad entre las Áreas Protegidas dentro de la Selva Maya.
Asimismo, los organizadores enunciaron “mejoras” en la infraestructura y movilidad a las áreas protegidas, lo que permitió el incremento en las actividades de control y vigilancia.
“De igual forma, se fortaleció la sostenibilidad económica de las comunidades presentes en las áreas protegidas y las zonas de influencia por medio del desarrollo de actividades productivas”, indicó la UICN. Info, Prensa Mexicana