Andrés Kaiser explora la religión y el salvajismo pleno con el filme “Feral”

Ciudad de México, 23 jun (EFE).- El director mexicano Andrés Kaiser comenzó su travesía como escritor de la mano del reconocido periodista y novelista mexicano Vicente Leñero, ya fallecido. De su voz escuchó la historia del Convento de Santa María de la Resurrección, que dio origen a su ópera prima como director: “Feral”.

“‘Feral’ significa feroz, viene del latín y, desde el punto de vista biológico, todo organismo feral es todo organismo que no ha sido domesticado por el hombre. Los perros salvajes son ferales, es volver a todo este salvajismo que es atroz y feroz”, responde Kaiser en entrevista con Efe sobre la película que llega a salas el 2 de julio.

Con una mirada documental ficcionada, Kaiser se adentra en la historia de Juan Felipe de Jesús, uno de los monjes que vivieron una experiencia psicoanalítica dentro del citado convento ubicado en la ciudad mexicana de Cuernavaca -centro del país- que los obligó a abandonar el monasterio por poner en riesgo la fe.

“Fue un proceso de imaginar qué había pasado con los monjes después de una experiencia de fe interrumpida. Decir ¿qué pasó con uno de ellos? un monje anónimo que decide continuar por él mismo en la montaña y ahí se encuentra no con Dios, que sería lo sobrenatural, sino con lo real, con lo salvaje, con lo terrenal”, narra Kaiser.

Este golpe de realidad serán los tres niños salvajes abandonados con los que se encuentra, cuyo aislamiento y abandono los ha mantenido en la total oscuridad.

Inspirado por el libro “El señor de las moscas” de William Golding y por su fascinación por el tema de los niños salvajes, Kaiser explora “el misterio de la humanidad misma”, juntando las ideas de religión, salvajismo y psicoanálisis.

ACERCAMIENTO REAL

El actor Héctor Illanes fue el encargado de dar vida al sacerdote y cuenta que su experiencia fue total, puesto que volvió a experimentar la religión como un creyente más con la intención de dar vida a Juan Felipe.

También se informó con el libro de Fernando M. González “Crisis de fe”, en el que habla del suceso vivido en dicho convento.

“Fue un proceso completamente de vivencial. Para la creación de Juan Felipe volví a asistir a la iglesia, viví otra vez el rito católico de cada ocho días como buen feligrés y tuve que hacer una gran investigación acerca de los monjes benedictinos en México. Tengo un familiar que es sacerdote y pude estar muy en contacto con él y tomé muchas partes de él”, recuerda.

También vivió un “viaje al pasado”, a los años 80 y asegura que se trató de una experiencia “maravillosa y tortuosa”.

Además, los tres niños, que también son una pieza fundamental de la historia, fueron elegidos entre 100 que audicionaron y tomaron diversos cursos de expresión corporal.

PROCESO TÉCNICO

El rodaje de la película tuvo un proceso complejo al presentar diversos formatos de imágenes en la pantalla, la parte documental del narrador, así como los vídeos que el monje grabó de sus experimentos.

“Se prestó mucha atención al guión, experimenté muchas versiones y, una vez que estaba listo y narrativamente bien para que el lector pudiera experimentarlo como una buena historia, estaba listo para filmar, pero ahí entró toda la discusión de la forma y qué cámaras se necesitaban”, recuerda el director.

Estas cámaras fueron una Betacam de la época “de reportero, intacta”, una Blackmagic pocket con óptica de 16 milímetros y la Arri Alexa para contar el documental.

“Era una serie de múltiples formatos que tuvieron una posproducción en formato análogo para emular esta serie digital junto con la textura de lo análogo”, explica Kaiser.

La ópera prima de Kaiser además cuenta con la participación del fallecido actor José Ángel García y el sonido fue realizado por los mexicano Jaime Baksht y Michelle Couttolenc, recientes ganadores del Premio Óscar.

El director sigue trabajando en el cine de género y continuará tocando temas como la religión en sus próximas producciones. Info, Prensa Mexicana