San Francisco (EEUU), 31 ago (EFE).- El Departamento de bomberos alertó este lunes de una nueva ola de calor en California (EEUU) que podría empeorar las condiciones y frenar el buen ritmo en las tareas de extinción, pese a los significativos avances contra el fuego logrados en los últimos días.
Tras una semana de temperaturas más frescas, humedad y poco viento, está previsto que esta semana regrese el calor intenso, y los bomberos temen que reavive unos incendios que parecían empezar a estar bajo control tras haber quemado cientos de miles de hectáreas desde mediados de agosto.
Se espera que las temperaturas superen en muchos casos los 30 grados, lo que se sumará a una sequedad extrema tras varios meses en los que apenas ha llovido en gran parte del estado.
Aunque miles de personas siguen evacuadas por la proximidad de las llamas a sus hogares, la mayoría ya ha ido regresando en los últimos días, y los dos fuegos más grandes de los actualmente activos -que son también el segundo y tercero mayores de la historia del estado- ya están contenidos en un 60 y 63 % respectivamente.
Incluso el fuego que más preocupaba a las autoridades la semana pasada, declarado en una zona turística y muy poblada cerca de la costa entre Pescadero y Santa Cruz, parece ya bajo control, con una contención del 39 % y varios días sin apenas avanzar.
Este incendio, que se cobró la semana pasada la vida de un hombre de 73 años mientras trataba de huir de las llamas, ha arrasado 34.252 hectáreas y destruido 1.361 edificios, en su mayoría casas.
En paralelo al de Pescadero y Santa Cruz, los bomberos también lograron importantes avances en los otros dos mayores fuegos que queman en California: el de la zona vinícola de Napa, que ya está contenido en un 60 %, y el declarado en una zona montañosa cerca de San José, contenido en un 63 %.
El de Napa, que se declaró el pasado 17 de agosto, se ha cobrado la vida de cinco personas, mientras que en el de San José, pese a sus gigantescas dimensiones, no hay que lamentar víctimas ni prácticamente daños a propiedades, dado que quema en un área despoblada.
Estos tres incendios, así como cientos de otros de mucha menor intensidad, se iniciaron el fin de semana del 15 y 16 de agosto, a causa de una tormenta eléctrica nada habitual en California en la que cayeron 10.800 rayos, pero apenas lluvia, lo que unido a una ola de calor y a la sequedad del terreno, propició los fuegos.