Indocumentados en santuarios piden a Biden que los tome en cuenta

Los Ángeles, 21 ago (EFE News).- Los indocumentados que se encuentran refugiados en iglesias para eludir la deportación han pedido en una carta abierta a Joe Biden que de llegar a la Presidencia de Estados Unidos los ayude, temerosos de que, como señalan sus abogados, para el Partido Demócrata “los migrantes en santuario no sean una prioridad”.

“Se ha buscado apoyo para estas personas desde hace años pero todos los demócratas les han dicho que no son una prioridad”, dijo a Efe la activista y abogada Lizbeth Mateo, quien representa a la mexicana Edith Espinal, refugiada en una iglesia de Ohio desde 2017.

SOLOS EVITANDO POLÍTICAS DE TRUMP

Mateo explica que en la odisea que han enfrentado unas 50 familias refugiadas en iglesias para evitar las duras políticas migratorias del presidente Donald Trump, varias veces se ha buscado el apoyo de los demócrata, pero la respuesta siempre ha sido que existen grupos más importantes. “Nos dicen que están primero los ‘dreamers’, o los niños que están siendo separados de sus familias”, agrega.

Pero en opinión de la activista es necesario que los demócratas, y la campaña de Biden, se den cuenta de que las personas en santuario hacen parte de los inmigrantes a los que literalmente la Administración del republicano Trump ha pasado una de las facturas más altas.

QUIEREN SER TENIDOS EN CUENTA

“Nuestras familias se han enfrentado a amenazas de enjuiciamiento penal por parte del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), y creemos que si seguimos siendo ignorados es solo cuestión de tiempo que los agentes federales entren a las iglesias donde vivimos nosotros y nuestros hijos, y nos arresten a todos”, advierte la carta enviada a Biden.

Las decenas de familias en santuarios a través de todo el país piden que, de llegar a la Presidencia, en su primer día de mandato Biden utilice su discreción ejecutiva para suspender las deportaciones que penden sobre estos inmigrantes. También solicitan que en los primeros 100 días de su Gobierno, Biden encuentre una vía legal para “levantar las órdenes de expulsión para permitirles pelear sus casos frente a un juez de inmigración”.

Por último piden al hoy candidato que de ganar las elecciones de noviembre se comprometa a firmar todos los proyectos privados en nombre de inmigrantes que están en santuario que se están tramitando en el Congreso.

“Queremos que se comprometa públicamente. Estos migrantes son un grupo pequeño pero que representa la resistencia a todos los ataques que Trump ha hecho contra el significado de santuario. Necesitamos que miren a todos los grupos, no solo los que tienen capital de votos”, señaló Mateo, quien agradece el apoyo de algunos congresistas que han dado su apoyo en solitario.

“El problema es que en grupo los demócratas nos han ignorado”, insiste.

COBRO DE CASI MEDIO MILLÓN

La abogada representa a Edith Espinal, quien cobró notoriedad el año pasado después que el ICE le enviara una cuenta de 497.777 dólares. La multa fue impuesta por no haber acatado una orden de deportación emitida en septiembre de 2017.

”Todos los que vivimos en un santuario sentimos que hemos sido olvidados por aquellos que dicen ser nuestros defensores”, dijo Espinal en un comunicado.

La inmigrante mexicana, de 43 años y madre de tres hijos, se refugió en la Iglesia Menonita de Columbus, Ohio, en octubre de 2017 y desde entonces está peleando para que no la expulsen del país.

Aunque Mateo logró demostrar que el cobro exorbitante carecía de validez, el ICE volvió a enviar hace unas semanas una multa por 50.000 dólares, que está en disputa actualmente.

CORONAVIRUS EN SANTUARIO

El nuevo embate del ICE aumenta el miedo entre los refugiados a otras acciones de las autoridades migratorias pese a la pandemia del coronavirus, situación que incluso les ha impedido recibir atención médica. Es el caso de Carmela Apolonio Hernández, de 39 años, y sus hijos mayores, los adolescentes Fidel, Keyri y Yoselin, que fueron contagiados de COVID-19 y continúan luchando por su recuperación dentro de la Iglesia Menonita de Germantown, Pensilvania.

Aunque pareciera que el santuario era un lugar seguro para evitar el contagio, la familia sufrió la pandemia sin poder salir a ver a un doctor.

Hernández tiene pérdida de memoria y dolor en los pulmones. Fidel, de 18 años, todavía tiene tos, dolores en los huesos y otros síntomas. Yoselin, de 14 años, tiene problemas para respirar. Keyri, de 15 años, sufre dolores de cabeza, fiebre, dolores de huesos y fatiga.

Sólo Edwin, el menor de los hijos de la inmigrante, de 11 años, no fue contagiado.

El miércoles, los hijos de Hernández realizaron una vigilia en las afueras de la iglesia, compartiendo cartas que habían escrito a los miembros del Congreso sobre cómo vivir con COVID-19 en un santuario y sobre la urgencia de su partida para obtener atención médica más fácilmente.

“Tenía mucho miedo de perder a mi familia porque yo era el único que se salvó dela COVID-19.Yo fui quien les tuve que dar té y unas pastillas, porque no podían ir al médico, ya que los médicos cobran tanto dinero. Tengo 11 años y tengo mucho miedo”, escribió Edwin en una carta compartida por el periódico The Philadelphia Inquirer.

La abogada Mateo resalta que esa es la muestra del daño que está haciendo la Administración Trump.

La carta pública enviada a Biden culmina pidiéndole al candidato y su campaña una reunión virtual para que escuchen sus historias.

“Es un reto para la campaña y el candidato. Queremos ver si está dispuesto a escuchar a este grupo y de que las promesas de inclusión no solo se queden en palabras bonitas”, concluyó.