Chilapa (México), 30 abr (EFE).- Decenas de menores de edad del estado mexicano de Guerrero, sur del país, marcharon contra la violencia que se vive en su comunidad y cambiaron armas por juguetes como un acción de paz en el Día del Niño que se festeja este viernes en este país.
Niños y niñas de la comunidad de Alcozacán, en el municipio de Chilapa, salieron a las calles y marcharon unos dos kilómetros para pedirle seguridad a las autoridades en la región de la Montaña Baja de Guerrero.
“Ni pistolas, ni amapola, queremos conocer las olas”, destacó la la colorida pancarta que encabezó la movilización y que durante su recorrido los infantes repitieron.
“Nuestras armas de verdad son estas”, se leía en otra manta que cargaron los niños, quienes en Chilapa y otros municipios como José Joaquín de Herrera viven la inseguridad y la violencia y la presión de ser cooptados por los grupos delincuenciales de la región.
Ante ello, el 11 de abril, precisamente en el municipio José Joaquín de Herrera, un grupo de aproximadamente 30 niños de entre 6 y 11 años, se integraron a la policía comunitaria.
Ese día, los infantes exigieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, apoyar a nueve viudas, a 14 niños huérfanos y a 34 indígenas desplazados de la comunidad de Acotapaxtlán, en Guerrero, quienes fueron víctimas del grupo delictivo conocido como Los Ardillos.
Días después, el mandatario llamó a no utilizar a los niños para estos fines y dijo que nada los justifica.
“Ni porque haya inseguridad, vamos crear autodefensas y van a participar los niños (…) aunque se trate de una cosa justa, aunque se busque vivir libre de miseria, con los niños no”, apuntó López Obrador.
Los menores, pertenecientes al poblado de Ayahualtempa, realizaron también una marcha por las principales calles de su comunidad, en compañía de otro grupo de pequeños que se habían integrado al grupo policial en enero de 2020.
Precisamente en Alcozacán se esparció el rumor de que este viernes, en fecha simbólica para los niños en México nuevamente un grupo de menores iban a ser integrados a la policía comunitaria, pero no ocurrió así y tras la manifestación los menores recibieron juguetes.
La decisión de integrar a infantes como guardias de su comunidad -la primera vez que se llevó a cabo esa acción fue en mayo de 2019- ocurrió luego del asesinato de diez músicos indígenas en un ataque armado en la localidad de Chilapa en enero de 2020.
En Chilapa, Los Ardillos mantienen una guerra por el control del territorio para el trasiego de estupefacientes, por lo que no cesa la violencia desde que en 2015 los grupos autodenominados comunitarios irrumpieron en el territorio, dejando cientos de muertos y obligando a otros tantos a desplazarse de sus hogares.
En 2020, cuando se anunció la integración del primer grupo de menores a la policía comunitaria, el Gobierno del Estado se pronunció por el respeto de los derechos de la niñez y dijo que su participación no debería ser alentada.
Guerrero es uno de los estados más pobres y violentos de México. Info, Prensa Mexicana